En una cazuela de barro, a la lumbre, con aceite,
rehogamos la carne: una vez partida en trozos como nueces, metiendo en cada uno
un trocito de tocino de jamón y debidamente sazonado.
De seguido, rehogamos también las cebolletas, lo
cubrimos con caldo y, antes que rompa el hervor, se ponen los trocejos de jamón
que puedan haber rebozado y las especias que se tengan a mano.
Se tapa la cazuela, se pone sobre la tapadera unas
ascuas y se deja hacer hasta que la carne esté a punto.
Carnes - 05. - 049
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