Muerto y limpio el cordero la víspera, se unta
con grasa, sal y limón.
Se coloca una tartera o asador sobre el fuego,
y cuando está bien caliente se pone en ella el cordero, que deberá tomar color
sobre el fuego muy vivo.
Así que está bien dorado por todas partes se
mete en el horno y se hace seguir cociendo a fuego lento, hasta que está muy tierno.
En eh momento de servirse se rocía con el jugo
de un limón y se adorna con cogollos de lechuga sazonados y con ramitas de
perejil.
Carnes - 05. - 048
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