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martes, 12 de junio de 2012

Langostinos a la bechamela (1)

Se sofríe cebolla bien menuda en una cazuela con manteca de cerdo; cuando empieza a dorar, se añaden pedacitos de jamón menudos; luego, una cucharada de harina de las de sopa, con un vaso de leche; se hace una pasta espesa Como para hacer croquetas. Al sacarlas del fuego, se les añade una cda de manteca de vaca, perejil trinchado muy menudo en bastante can­tidad y la sal necesaria. Se tienen ya los langos­tinos hervidos, quitada la cáscara, dejando un poquito en la cola; se envuelven en esa pasta y se rebozan con galleta y huevo y otra vez ga­lleta, y se fríen en manteca caliente. Esta pasta también sirve para rebozar langosta o hacer croquetas.

16. Mariscos

Langosta rellena

Se hace hervir la langosta y después se desprende la carne del cascarón, teniendo cuidado que éste no se rom­pa; se pica la langosta con jamón, ajo y perejil y un poco de cebolla, huevo duro y una miga de pan mojada para unirlo bien; este picado se fríe en una sartén con aceite, se rellenan los cascaro­nes y se rebozan con huevo y gallina por la parte rellena, y se dora en aceite en la sartén. Se colo­can en una fuente, unidos los dos pedazos, para que tenga la figura de la langosta sin patas, por­que la carne de éstas se aprovecha para el pica­do; la parte de arriba de la langosta tiene unos picos, que se cortan para poderla freír bien. Se coloca en una fuente con ramas de perejil por encima o se puede adornar la fuente con ensa­lada o lechuga que sea bien blanca.

16. Mariscos

Langosta o langostinos a la bordelesa

Se pica una cebolla bien gran­de y un poco de zanahoria; se dora en mante­cá, se le añade una rama de perejil, un poco de tomillo, una hoja de laurel. ajo picado, un clavo de especia, sal, pimentón y un poquito de nuez moscada; se le añade una copa de vino blanco y otra de caldo; se cuece todo por espacio de una hora y se pasa por un tamiz; luego, pón­gase al fuego fuerte y se agregan los langosti­nos o la langosta hecha a trozos, y se deja co­cer, espesando ligeramente la salsa con una cdita de fécula de patata.

16. Mariscos

Langosta al romesco

2 langostas, aceite, vinagre, mostaza, huevo duro, pepinillos.

Se asan las langostas al horno pintándolas con la mezcla de aceite, vinagre y mostaza. Se repite la operación con fre­cuencia.
Se disponen en una fuente amplia, que se adorna con rodajas de huevo duro, pepinillos y algunas hojas de lechuga. Se sirve aparte la salsa romesco.

16. Mariscos

Langosta al horno

2 langostas de regular tamaño (4 raciones), aceite, ajo, tomillo, sal.

Las langostas, que necesariamente han de estar vivas (en caso contrario el plato pierde todo su sabor), se introducen en el horno calentado al máximo. En cuanto cesa todo movimiento se abre el horno, se sacan las langostas, se dejan enfriar ligeramente y se cortan a lo largo.
En un mortero se machacan ajos, perejil y sal, sin preten­der hacer una emulsión, sino lo que en Cataluña se denomi­na all-i-oli negat, que equivale a cortado. Se hace una escobilla atando las ramas de tomillo, se disponen las langostas abier­tas por la mitad en una bandeja de horno y a intervalos regulares se van untando con el preparado del mortero con la ayuda de la escobilla de tomillo. El proceso de cocción suele durar unos diez minutos como máximo.

16. Mariscos

Langosta con verdura

1 langosta de 1 y 1/2/kg; 1 repollo cocido; 1/2 litro de salsa de tomate; 1 copa de coñac; 1 vaso de jerez seco; 100 de mantequilla; 1 puerro; 1 diente de ajo; 1/2 cebo­lla; un poquito de salsa picante; pimienta; nuez moscada, aceite y sal.

En primer !ugar, partiremos la langosta viva, separando el cuerpo de la cabeza partiendo ésta el medio; el cuerpo lo cortaremos por las juntas; las pinzas y las patas las machacaremos un poco a fin de sacar la carne de su interior. El jugo que se desprende de ésta, al cortarla, lo reservaremos.
Pondremos la langosta en una sartén con mantequilla, para rehogarla, y le añadiremos la cebolla, el ajo y el puerro, todo bien picadito; unos momentos más tarde le vertiremos el jerez y el coñac, este último previamente quemado. Una vez hecho esto, les echaremos la pimienta, la sal, un poquito de nuez moscada y una cdita de salsa picanta, y ya para terminar esta parte de la preparación la agregaremos la salsa de tomate, el jugo anteriormente reservado y un poco de caldo, dejándolo cocer así durante unos 30’ aprox..
Transcurrido este tiempo, separaremos la langosta, que ya estará lista, de la salsa, que haremos pasar por un pasa purés, uniéndola con mantequilla y agregándole el repollo cocido, lo dejaremos unos momentos junto en el fuego y, por último, lo verteremos por encima de la langosta, con lo que ya tenemos este plato listo.

16. Mariscos

Langosta a la mallorquina

Plato típico de Mallorca

Se escogen las langostas que sean bastante grandes que al ser partidas por la mitad resulte una buena ración.
Se sazona de sal y se riega la carne con el líquido compuesto por aceite, vinagre y un poco de pimienta blanca en polvo. Esta salsa se bate bien hasta que se trabe un poco.
Las langostas se asan a fuego de carbón vegetal. Mientras se van asando con la ayuda de un pincel se humedece la carne de la langosta con el mismo preparado de aceite y vinagre de antes.
Tan pronto como estén bien asadas se colocan en una fuente y sobre las porciones de langosta se pone una capa fina de ajo‑aceite, o salsa mayonesa. Acompaña a ese plato de langosta una ensalada de lechuga y apio al natural, aliñada como guste.

16. Mariscos

Langosta a la chilena

Una lan­gosta pequeña y entera, se da un hervor, se saca del cascarón y se parte en trozos; se re­hoga en aceite, donde se habrá frito una cebolka muy fina; se añade vino de Jerez con tomate y un poco de salsa española, un polvo de pi­mienta, una ramita de perejil y su sal corres­pondiente; se deja un rato al fuego para que coja el gusto de todo.

Nota.- Véase la salsa española

16. Mariscos

Langosta a la costa brava

Plato típico de Cataluña

La langosta viva se corta a pedazos regulares, recogiéndose en un plato toda la sangre que saque.
Después se pone en una cazuela grande sobre fuego vivo aceite fino y una buena cantidad de cebolla picada, una hoja de laurel y un poco de tomillo, y entonces se echan los pedazos de langosta. Se sofríen, removiéndose de vez en cuando para que cuezca bien la cebolla, sin quemarse.
En un almirez se pica 50 gr de chocolate con la sangre de la langosta, dos ajos, 10 almendras tostadas, perejil, tres bizcochitos y pimienta blanca en polvo. Cuando todo esté bien picado o haya formado una pasta finísima, se aclara con un poco de caldo o agua templada, echándole entonces un poco de azafrán tostado y picado. Esta salsa se echa encima de la langosta y al mismo tiempo también se pone la sal correspondiente, se tapa dejándolo cocer en el horno durante quince minutos, transcurrido el cuarto de hora ya puede servirse.

Nota importante: Como que los refinamientos culinarios son siempre buenos a las recetas, supongamos que la langosta a la Costa Brava se sirve en una mesa en que algunos comensales no son muy amantes de la cebolla, entonces una vez terminada la cocción se pasará la salsa por un tamiz o colador, haciendo después hervir nueva-mente la salsa colada en otra cazuela y poniéndole la langosta, trozo por trozo, sin que quede nada de cebolla adherida a los mismos. Al servirse, se adorna con unos pedacitos de pan frito.

16. Mariscos

Langosta a la catalana (1)

En una cacerola de hierro se pone mitad de aceite y mitad de manteca se echa bastante cantidad de cebolla bien fina, y cuando empieza a coger color, se corta la langosta a rebanadas con la cáscara; se echa en la cacerola, dándole vuel­tas con la cebolla, poniendo su sal correspon­diente, con el cuidado que la langosta no se salga de la cáscara; se machacan en el mortero almendras tostadas, medio sequillo, una cuarta parte de un cuadro de chocolate y una jícara de vino rancio, y sí la langosta tiene huevos, se machacan también, pero antes de poner el vino se echa esa picada a la cacerola, y con fuego lento se deja hervir por espacio de media hora. Se sirve que no quede muy clara la salsa.

16. Mariscos

Langosta a la americana

La langosta viva se parte a tajadas, en cacerola que tendrá igual cantidad de aceite que de mante­ca; con cuidado que el agua de la langosta se junte a las grasas. Se agrega salsa de tomate y una cucharada de harina y pimienta; se rehoga todo bien con media botella de vino blanco, se deja espesar un poco y puede servirse. Es un plato exquisito.

16. Mariscos

Cigala salteada con cebolla y arroz

12 cigalas medianas frescas, 1 trocito de guindilla, 750 g de cebollas, 1 ramito pequeño, 1 cda de azúcar, sal y pimienta, 100 cc de vino blanco seco, 1 diente de ajo, 160 g de arroz de grano largo, 1 pellizco de curry, 3 medidas de agua o caldo ligero

Laminar las cebollas, pasarlas a una sartén con aceite caliente y saltearlas a fuego vivo sin dejar de remover hasta que pierdan humedad, condimentar, incorporar el ramito, tapar y cocer lentamente hasta que cojan un poco de color. Regar con el vino, reducir y retirar el ramito.
Poner aceite y un diente de ajo en una cazuela, incorporar el arroz, darle unas vueltas, verter el caldo (3 medidas en volumen) y el curry. Tapar y cocer suavemente durante 18’. Retirar y dejarlo reposar 5’ y después pasarlo a una bandeja de servir.
Poner aceite y la guindilla en una sartén y, cuando esté caliente, saltear las cigalas, sazonar, mantenerlas en el fuego a temperatura media durante unos minutos y a continuación incorporar la cebolla, dar unas vueltas y colocarlas encima del arroz.
Servir a continuación.

16. Mariscos

Almejas sevillanas

Se ponen en una cazuela las almejas, bien raspadas y limpias, y al fuego, sin agua, moviéndolas continuamente para que se abran. Se separan, guardando el caldo que han soltado. En la inisina cazuela se pican cebollas (para seis docenas de almejas, dos cebollas grandes bien picaditas), dos granos de ajo también picados y unos cuantos tomates; cuando está frito, se echan las almejas, se les da un par de vueltas y luego se les echa el caldo de ellas que se tiene guardado. La picada se hace de un hilo de azafrán y pimienta negra. Se deja a fuego lento hasta que quede en su punto.

16. Mariscos

Almejas o mejillones a la malagueña

Plato típico de Andalucía

Se frotan las almejas o mejillones, se lavan, después de haber permanecido un rato en agua y se ponen en la sartén para que se abran, a fuego lento, sin dejar de removerlos.
Transcurridos unos minutos se retiran del fuego y en otra sartén se prepara un sofrito en aceite con ajos, cebollas y tomates todo picado. Una vez está frito se agregan las almejas o mejillones, después de haberles quitado una de las dos valvas, agregando también el jugo que han soltado, sazonándolo con sal y pimienta.
Se dejan cocer a fuego lento hasta que se considere que están a punto de servirse.

16. Mariscos

Almejas marineras

Se lavan bien en agua y se sacan del cascarón. En una cacerola se pone aceite y se fríen cebollas muy finas (para un kilo de almejas, dos cebollas grandes); se deja tomar color y se sazona con un punto de sal, pimienta, nuez moscada y un diente de ajo picado. Se le añaden dos cdas de harina, y a medio tostar se echa agua para que forme una papilla espesa y dé un par de hervores; se añade vino blanco común, una raja de limón, una hoja de laurel y un ramito de hierbas finas. Cuando hierve, se echan las almejas, que vayan con fuego lento, hasta el momento de servirlas.

16. Mariscos

Tamales cubanos

Se hacen de harí­na de maíz o de plátano; el plátano se ralla des­pués de pelado y se amasa la pasta con manteca derretida con pimentón colorado; de la misma manera se hace el maíz. Se prepara el relleno unas cuantas horas antes de hacerlo; se corta la carne de cerdo muy menuda entre magro y gordo; se adoba con ajos cortados menuditos; se le añade pimentón colorado derretido con mante­ca, orégano, pimienta negra, zumo de naranjas agrias, o si no, un poco de vinagre, aceitunas, alcaparras y pasas si se quiere, esto bien unido, para que coja el gusto; se preparan las hojas de plátano o de maíz; bien tendida la pasta, se re­llenan, se envuelven, que no les pueda entiar agua, y se atan con un hilo. Se pone una olla al fuego con agua y sal, y cuando hierve, se colocan todos amarrados, por espacio de media hora.

18. Guisos

Queso relleno

En un queso de bola se hace un corte en cuadro por la parte de enci­ma; se ahueca con un cuchillo de punta, hasta que esté vacío. Se raspa la corteza y se pone en remojo veinticuatro horas para que ablande y se pueda raspar mejor.
Se rellena de pollo o pichones hecho antes un guiso sabroso, con tomate y un poco de cebolla; se tapa con la misma tapa de queso que se ha quitado. Se amarra con un hilo grueso, y en una olla se derrite manteca de vaca, leche de al­mendras y un poco de harina; cuando hierve, se coloca el queso hasta que esté blando.
Si se quiere rellenar de dulce de coco, enton­ces, en la misma salsa, se aumenta un poco de azúcar.

18. Guisos

Queso de cerdo

Se parte una cabeza de cerdo a pedazos, y se pone a hervir con un poco de tomillo, ajos, unos granos de pimienta, apio, una zanahoria y sal; luego se va cortando en pedacitos pequeños; mezclando gordo y ma­gro, y unos pedacitos de trufas. Se colocan en un molde liso con una tapadera que ajuste bien para ponerlo al baño maría; cuando se compren­de que está cocido, se deja enfriar con peso en­cima para prensarlo, y luego se saca del molde, corno si fuera un flan.

18. Guisos

Queso cardenal

Se coge algo de  cerdo, masa, las orejas, los hocicos y un poco de ijar, y se hierve un poco; luego se pica no muy fino, se sazona con sal y bastante pimienta. Se prepara un paño y se va colocando el picado con tiras de jamón y pedacitos de trufas; bien apretado, se envuelve en el paño y se pone a cocer un momento más para que endurezca. Se pone entre dos paños, pisándolo con una plancha para que coja la forma del queso.

18. Guisos

Patatas con bacalao distintas

Para 4 personas

1 kg de patatas, 300 g de bacalao desalado, 5 dientes de ajo, 50 g de almendras tostadas y peladas, 4 huevos, harina para rebozar, aceite de oliva, pimentón, sal, agua.

En una cazuela (mejor de barro) con un chorro de aceite rehoga los ajos picaditos. Agrega el pimentón, rehoga con cuidado de que no se queme y cubre con agua. Seguidamente añade las patatas peladas y cortadas en trozos (haciendo «clack») y deja cocer a fuego lento durante 20’.
Aparte, en una sartén con aceite caliente, fríe el bacalao ya desalado y pasado por harina. Una vez frito y escurrido, incorpóralo a la cazuela con las patatas.
Pon a punto de sal. Pica las almendras y añádeselas a la cazuela. Deja cocer durante unos minutos y agrega un huevo por comensal. Gratina en el horno durante un minuto aproximadamente y sirve.

18. Guisos

Patatas con bacalao (1)

Para 4 personas:

2 kilos o más de patatas según sean los comensales, 4 huevos, 150 g de bacalao sin desalar y sin espinas, 1 cebolla grande, 4 cdas soperas de aceite, 1 hoja de laurel, 1 trozo pequeño de canela en rama, 1 trozo pequeño de nuez moscada, 1 cda de café de pimentón dulce, sal por si fuera preciso añadir al guiso.

Para la picada prepararemos:
1 par de ramitas de perejil, 2 dientes de ajo, 6 almendras, no es preciso que estén tostadas, 3 rodajas de pan frito.

Pelamos las patatas, las lavamos y cortamos como para hacer patatas a lo pobre, pero un poco más grandes y gruesas. Las dejamos en reserva.
Pelamos la cebolla y la cortamos en trozos finos. En una sartén en la que habremos puesto el aceite antes indicado ponemos la cebolla y la colocamos al fuego. Deshacemos en tiras el bacalao, lo lavamos sin desalarlo, lo secamos y lo agregamos a la cebolla para que se frían juntos. Cuando veamos que la cebolla esté ya frita, añadimos el pimentón, lo mezclamos rápidamente y retiramos del fuego la sartén para evitar que se queme el pimentón. En una cazuela ya sea de porcelana o de barro, echamos esta mezcla y las patatas que teníamos reservadas. Se cubren de agua y añadimos, el trocito de canela, el trocito de nuez moscada y la hoja de laurel.
Mientras se van haciendo las patatas, preparamos la picada con los ajos, perejil, almendras y pan frito. Para ello colocaremos estos ingredientes en un mortero y picaremos hasta conseguir una masa fina y homogénea.
Añadiremos un par de cucharadas del caldo de las patatas para desleírlo bien y se añade a las patatas.
Es importante menear la cazuela de vez en cuando, asiéndola por las asas para evitar que se cojan al fondo de la cazuela las patatas. Esto podría hacerse con una cuchara o cucharón pero existe el peligro de deshacer las patatas y que el caldo espesara más de la cuenta. Antes de echar la picada comprobarlo de sal por si la que lleva el bacalao no fuera suficiente para darle gusto al plato.
Cuando lleven unos 5 ó 6’ con la picada y se haya reiniciado el hervor, se cascan los huevos y con cuidado se añaden a las patatas, haciendo hueco cada vez que echamos uno. Cuando las yemas empiecen a cocerse se retira del fuego la cacerola y con el calor que resta se terminan de cuajar yemas y clara.
Antes de servir los platos procurar retirar el laurel, la canela y la nuez moscada que por eso no se ralla.
Es plato de cuando hace frío y hay que servirlo caliente. También puede ser plato de primavera y otoño pero entonces puede estar solo templado. Esto depende del tiempo que haga.

18. Guisos

Olla valenciana

(Cocido o puchero valenciano)

Para 4 personas)

250 g de garbanzos pesados antes de remojar, 250 g de aleta, 250 g de morcillo, 1 hueso de ternera, 1 hueso de jamón, 100 g de tocino fresco a poder ser entreverado, 2 chorizos curados, 250 g de carne de gallina, 2 morcillas de cebolla, 2 morcillas de las llamadas de cocido, 2 pelotas valencianas. (Un buen cocido debe llevarlas aunque no sea navidad), 200 g de judías verdes, 100 g de zanahoria o carlota, 50 g de nabo, 100 g de col rizada, 4 patatas de tamaño entre grandes y medianas, azafrán, sal, 4 l. de agua

Los garbanzos se ponen la noche anterior o cuando se estime oportuno, pero han de estar en remojo un mínimo de 12 horas.
Raspar y lavar las zanahorias.
Pelar las patatas y el nabo.
Limpiar las judías despuntándolas y quitándoles los hilos si los tuvieran.
Poner una olla o puchero con los 4 litros de agua al fuego e incorporar la carne, los huesos, la carne de gallina, el chorizo y y el tocino.
Cuando comience a cocer, añadir los garbanzos y a continuación la zanahoria y el nabo.
Como se formara abundante espuma, hay que quitarla varias veces.
Cuando lleve cociendo hora y media, incorporar las patatas, la col, las judías verdes, las morcillas de los dos tipos y las pelotas. Añadir la sal y un poco de azafrán que habremos puesto junto al fuego para que se tueste y poder ponerlo molido.
Continuar cociendo 45’ más.
Sacar todos los elementos, carnes, garbanzos, verduras, etc. y colar el caldo.
Independientemente de los arroces que se pueden hacer, con el caldo de este cocido se pueden realizar diferentes tipos de sopas y como segundo plato los elementos que han intervenido convenientemente repartidos y aliñados con aceite. Se queda uno como un rey.
Con este caldo y los otros ingredientes del cocido, se pueden realizar varias recetas de arroces

 18. Guisos

Olla podrida española

En un puchero se pone el agua suficiente para los platos de sopa que se quieran hacer; cuando hierve, se echa media libra de carne de buey, media libra de carne de cerdo, un cuarto de gallina, un chorizo, un trozo de jamón, tocino, y un hueso de cerdo; se deja hervir por espacio de una hora, se añade media libra de garbanzos de Saúco, que han de estar remojados de la noche anterior; a la media hora, su sal correspondiente, y cuando están blandos los garbanzos se echan unas cuantas patatas enteras y media libra de judías tiernas y un trozo de calabaza de Castilla; cocida la verdura, se cuela el caldo y se hace la sopa de lo que se quiera.

18. Guisos

Olla podrida cubana

Se prepara una olla mediana con agua hasta la mitad; se le echa un poco de sal y una libra de carne de ternera de la riñonada, un pedazo de tocineta, un puñado de garbanzos remojados y una libra de car­ne de cerdo fresca; se le añade un cuarto de gallina, y se pone a cocer, espumándolo. Después que ha hervido como una hora, se le pone plátano pintón con cáscara, un chorizo, un puñado de habichuelas tiernas, medio repollo, un pedazo de calabaza, una berenjena, una malanga, calabaza de Castilla, dos nabos, dos boniatos, cuatro tomates, dos chalotes, una cebolla y un pedazo de calabaza de la isla; se deja que hierva todo como otra hora, y se espuma; luego se machacan en el mortero dos o tres granos de comino, dos granos de pimienta y un poco culantro; hecho de esto una pasta, se deslíe con caldo en la olla y se echa en la misma, con dos hebras de azafrán; se deja hervir un buen rato, y se sirve caliente.

18. Guisos

Olla podrida (1)

Hoy he estado leiendo en diferentes libros sobre la olla podrida y cocidos, en esta os envio unas pinceladas sacadas de la lectura que quiero compartir con la concurrencia.
Uno de los platos favoritos y tradicionales del estado llano español era esta olla, tan rica o pobre como se quiera.
El porque de su nombre:
Covarrubias, en el siglo XVII y en su libro "Tesoro de la lengua Castellana" la define así: "La que es muy grande y contiene en si variascosas, co mo carnero, vaca, gallinas, capones, longaniza, pie de puerco, ajos, cebollas, etc. Pudose decir podrida en cuanto se cuece muy despacio,que ca si lo que tiene dentro viene a deshacerse, y por esta razón se puede decir podrida, como la fruta que madura demasiado".
El gran Careme, (Fue el primero y sigue siendo, el mas grande de los cocinaautores), al analizar los potajes españoles, se extrañaba de la prodigiosa variedad de carnes, raíces y verduras que componían la ollaibérica. Firme en sus co nvicciones, imaginaba sin acritud el cocinero francés el aspecto de desarreglo que debía ofrecer el conjunto después de una larga ebullición.
Otros tratan de justificar su nombre de podrida en función del infecto hedor que, se supone, debían despedir las carnes empleadas, en una época que los transportes eran lentos y se carecía de medios para conseguir unamínima co nservación de los alimentos, estos se ingerían, casi siempre, en un estado de incipiente descomposición.
Por vez primera es citada en castellano a principios de XVI por el monje franciscano Antonio de Guevara, cronista de Carlos V
Plumas insignes de nuestro Siglo de Oro: Lope de Vega, Cervantes, Calderon de la Barca, Quevedo etc. elevaron a categoría de mito el plato-simbolo de la cocina de ebullición española.
Sancho Panza habla en varias ocasiones de las ollas podridas "que mientras mas podridas son mejor huelen". El  Golosazo, así le increpaba don Quijote, decía ya de gobernador de la ínsula Barataria "aquel platonaza que esta mas adelante vagando me parece que es olla podrida, que por la diversidad de cosas que en tales ollas hay no dejare de topar con alguna que no sea de gusto y de provecho.
En 1866, cuando ya el plato agonizaba en nuestro país, el  Diccionario de la cocina francesa editado por Plon se expresaba en los siguientes términos "Debemos a España no solo las ollas podridas convertidas en el ´pot au feu´, sino las dos mejores entradas de la cocina francesa, Las anguilas a lo real y Perdices a la Medina-Celi que hicieron su entrada en Francia de la mano de la reina Ana de Austria, (aunque el pot au feu  fue cronológicamente anterior al momento en que la Reina Ana esposa de Luis XIII trasladara las ollas a la corte de Francia).
Pero lo mejor sobre la olla nos dejo dicho Lope de Vega a través de un dialogo de El hijo de los leones, acto II

Joaquín: Y ¿qué tenéis que le dar?

Bato: Una reverenda olla
         a la usanza de la aldea,
         que no habrá cosa que coma
         con mas gusto cuando venga;
         que por ser grosera y tosca,
         tal vez la estiman los reyes
         mas que en sus mesas curiosas
         los delicados manjares.

Joaquín: Me conformo con la olla
             Píntame el alma que tiene

Bato: Buen carnero y vaca gorda;
         la gallina que dormía
         junto al gallo, mas sabrosa
         que las demás, según dicen.

Joaquín: Me conformo con la olla

Bato: Tiene una famosa liebre
         que en esta cuesta arenosa
        ayer mato mi Barcina,
        que lleva el viento en la cola.
        Tiene un pernil de tocino,
        quitada toda la escoria,
        que chamusque por San Lucas.

Joaquín: Me conformo con la olla.

Bato: Dos varas de longaniza
         que compiten con la lonja
         del referido pernil;
         un chorizo y dos palomas...
         Y si questo, Joaquín,
         Ajos, garbanzos, cebollas
         tiene, y otras zarandajas.

Joaquín: Me conformo con la olla.

Zarandajas= en esta época significaba verduras de la huerta.
La traducción del celebre poema "La Gastronomía" del francés Berchoux, debida a José de Urcullu. Urcullu adapta la traducción del pot-au-feu a la olla podrida.

Ya la sopa presentan en la mesa
de excelente comida anuncio cierto,
dorada, sustanciosa, ¡oh, cual exhala
el olor de la vaca y de torreznos!
Jugo de vegetales es su caldo,
y de gallina menudillos tiernos,
acompañada con ligera escolta
de platillos hermosos, cuyo objeto
es mover suavemente los sentidos,
y abrir el apetito casi muerto.
Con pompa y majestad, tras la sopa
una podrida olla va viniendo,
do deben descubrirse confundidos
la gallina, el chorizo y el carnero,
el jamón y la vaca entre el garbanzo,
acompañados de tocino fresco.
Después han de ir saliendo los principios
anchamente dispuestos y con tiempo
que el suave olor salga de sus salsas
deje a cuantos estén allí suspensos.

La olla podrida ha ido transformándose en lo que hoy son los cocidos de muchas zonas de Esp aña y de Hispano América, pero esto lo dejare para contaros en otra ocasión.
Tengo en un libro tres recetas históricas de olla podrida:
Para hacer una olla podrida del "Libro de arte de Cozina" de Diego Granado1599
 Una olla podrida en pastel, del libro "Arte de cocina, pastelería, Vizcocheria y conservería" de Francisco Martinez Montiño. Oille, (olla podrida), El gran diccionario de cocina de Alejandro Dumas, 1873. "Después de Dios, la olla, y lo demás todo es bambolla"

18. Guisos

Olla gitana (1)

Póngase a cocer un cuarto de kilo 4 garbanzos remojados, judías verdes y habichuelas, blancas en igual cantidad, un pe­daza de calabaza y tres peras.
En una sartén se fríe una rebanada de pan, se echa en un mortero, y en el aceite que queda se hace un sofrito de cebolla, tomate, pimentón, azafrán, ajo y pimienta negra; todo junto con el pan frito se machaca y se une a la olla cuando los garbanzos, las judías y las habichuelas están a medio cocer, sazonándolo con sal y añadiéndole una cucharada de vinagre. Cuando esté cocido se retira y se sirve en su propia salsa.
Este plato es tan barato como exquisito.

18. Guisos

Olla gitana (2)

400 g de garbanzos remojados, 200 g de judías verdes en trozos, 150 g de calabaza en trozos, 3 peras en trozos, 1 cebolla picada, 2 tomates maduros pelados y picados, 2 dientes de ajo, 15 g de almendras tostadas y peladas, 1 rebanada de pan frito, 1 cda de pimentón, 1 vaso de caldo de ave, pizca de pimienta negra, 1 hoja de laurel, aceite y sal

Poner en una olla los garbanzos cubiertos de agua* con el laurel. Cocerlos 45’ a fuego suave. Salar a media cocción.
En una sartén con aceitedora la cebolla y añade el pimentón y el tomate. Sofríe unos minutos.
En un mortero, machaca los ajos con el pan y las almendras. Añade el vaso de caldo al mortero y mezcla.
Agrega las judías, las peras y la pimienta a la olla. Deja 45’ a fuego suave.
Vierte el sofrito y el majado del mortero a la olla y cuece 40’ más.

*si el agua de tu zona tiene mucha cal, añade una pizca de bicarbonato para que los garbanzos se cuezan bien.

18. Guisos

Napoleones (2)

La gallina hervida, que sea la pechuga, y un seso también hervido; lo primero se pica con la media luna, se une bien con el seso, se le añade jamón picado menudito, un polvo de canela, se hace la bechamela y se une on lo preparado; se separa del fuego y se deja enfriar; se añade un par de yemas de hue­vo con su sal correspondiente, todo unido. Se tienen preparadas unas obleas redondas; se mo­jan con huevo, se rellenan y se doblan por la mitad, que queden en forma de empanadita; se vuelven a mojar en huevo y galleta molida y se fríen con manteca en la sartén, para servirlos bien calientes.

18. Guisos

Manjar negrero

En una cazuela se pone bastante cantidad de manteca, cebolla, ajos, tomates; cuando está frito, se echan pedacitos de carne de cerdo; cuando está todo dorado con su sal correspondiente, pimienta, y un polvo de pimentón colorado, se sofríe bien, se echa la can­tidad de agua arreglada a la harina de maíz que se quiera hacer, y cuando hierve, se echa la ha­rina, moviéndola continuamente para que no se apelote, y con fuego lento, para que no se pegue y cueza bien; esto ha de quedar muy espeso.

18. Guisos

Guiso de arroz y verduras

Para cuando tenemos de todo un poquito en el refrigerador, pero nada por sí sólo es suficiente para hacer un plato. El tiempo de cocción es más o menos 25 a 30’, dependiendo de la cantidad de verduras que se agreguen. Se puede hacer más cargado a una determinada verdura, de la que tengan más en ese momento. Para ocho a diez raciones.

3 tazas de arroz (de su preferencia), perejil picado fino, cebolla picada fina, pimentón (rojo y/o verde) en tiritas, zanahoria a cuadritos o tiritas, acelga picada finita, ajo en lonjas, papas en cuadritos, apio en rodelas de 1 cm., aceite vegetal para freír, 1 cda de orégano molido, 1 pizca de comino molido, agua hirviendo para la cocción.

En una olla poner el aceite y sofreír todas las verduras, previamente bien lavadas y peladas, escurridas y cortadas de la manera que se indica. Agregar el arroz y sofreír hasta que tome un tono translúcido, que no se dore, agregar sal a gusto y las especias si son de su gusto (orégano y comino), enseguida agregar el agua hirviendo, revolver todo una sola vez. Poner a fuego muy bajo durante 25 a 35’, esto va a depender de la calidad de la olla, las revestidas son más seguras a la hora de no quemar los ingredientes. Tener en cuenta que por cada taza de arroz debe agregarse dos tazas de agua hirviendo. Este arroz tan nutritivo acepta cualquier acompañante.
También puede amoldarlo y servirlo en medio del plato, alrededor agregar hojas de lechuga previamente aliñadas en sal, aceite y limón. Para hacerlo más decorado agregue aceitunas en lonja, a modo de flor, sobre el arroz amoldado.

Fuente: Ximena Burboa del Canto - Santiago de Chile, Chile

18. Guisos

Fabes con almejas

1/2 kg. de fabes; 1/4 kg. de almejas; 1 rama de perejil; 1 cebolla; 1 diente de ajo; azafrán; aceite y sal.

«Estofaremos» les fabes de la siguiente ma­nera: las echaremos en la olla junto con el agua, la cebolla, el ajo y el perejil y un buen chorro de aceite, dejándolo todo cocer a un fuego intermedio. Dos observaciones: hay que dejar la noche anterior, claro, les fabes a remojo, y durante el proceso de cocción han de estar siempre cubiertas de agua.
Prepararemos aparte las almejas cual si de a la marinera (ver receta) se tratara. Seguidamente, las mezclaremos con les fabes dejándolo dar unos hervores. Echamos después la sal y el azafrán y dejaremos proseguir la cocción con lentitud.

18. Guisos

Fabada asturiana (4)

3/4 de kg. de fabes; 2 chorizos; 2 morcillas; 3 trozos de: jamón, tocino y lacón; azafrán y sal.

Inútil resultaría el uso de palabrería en la exaltación de nuestro plato más universal, de cuyo sabor glo­rioso no se duda ni en Pekín. Pasemos, pues, a una breve descripción de una fórmula sencilla para realizarla.
En principio, dejaremos les tabes a remojo la noche anterior a la preparación del plato; operación que también haremos con el jamón y el lacón, en otro recipiente. Realizado esto, pondremos les tabes a cocer en agua fría, que debe tan sólo cubrirlas, junto con todos los ingredientes citados, excepto el azafrán. Es muy importante procurar que el proceso sea lo más lento posible y, cuando les fabes estén ya un poco abiertas, se añade el mencionado azafrán, mientras que a me­dida que se vayan secando se les va añadiendo agua fría. Daremos por concluido el proceso cuando les fabes «estén suaves como la manteca».
Muchas «consejas de viejas» pueden darse sobre este exqui­sito plato, mas el único consejo que me atrevo a darles es que lo coman cuantas más veces mejor.

18. Guisos

Fabada asturiana (3)

800 g de faba asturiana, 2 morcillas, 2 chorizos, medio kg. de lacón, 100 g de tocino, 1 hoja de laurel, ajo, cebolla, azafrán, un chorro de aceite de oliva y sal.

Se echan a remojo las fabas en agua fría, de diez a doce horas antes, en una cacerola proporcionada a las cantidades, de modo que queden bien cubiertas de agua.
Se colocan las fabas con todo el compongo, es decir, con las morcillas, los chorizos, el lacón, el tocino, el ajo (picado), el laurel, la cebolla (entera), y un chorro de aceite, (todo frío).
Se pone a fuego lento y, roto el hervor, se dejan cocer lentamente un poco destapadas, procurando que estén siempre cubiertas de agua.
Se añadirá de vez en cuando, agua fría en pequeñas cantidades para cortar el hervor. Es conveniente mover de cuando en cuando la cacerola, con el fin de que no se peguen al fondo.
A media cocción, se sazonan de azafrán. Y, finalmente, se sazonan con sal. Se dejan reposar una media hora y se sirven (retirando antes la cebolla).

18. Guisos

Fabada asturiana (2)

3/4 Kg. de fabas de la granja, 3 chorizos 2 ó 3 morcillas, 150 gr. de tocino (panceta), 300 gr. de lacón, azafrán, cebolla, sal, ajo, perejil

Poner a remojo las fabas, la panceta y el lacón la noche anterior.
En una cazuela proporcionada a las cantidades se ponen las fabas, los chorizos, las morcillas, la panceta, la cebolla cortada en cuatro trozos, un ajo y el perejil atado; se cubren con agua fría y se ponen al fuego espumándolo cuidadosamente.
Cuando empiece a hervir se ponen a fuego lento un poco destapadas.
Se cuidará que siempre estén cubiertas de agua, pero nunca excesiva, añadiendo de vez en cuando agua fría en pequeñas cantidades.
A mitad de la cocción se le añade el azafrán.
Una vez cocidas (3 horas aproximadamente) se salan y se dejan reposar media hora, se les retira la cebolla y el perejil y se sirven en dos fuentes: en una las fabas y en la otra el "compangu". Se aconseja dar un hervor al chorizo antes de  echarlo a la fabada, para que esté menos grasienta.
Si lo Desea puede hecharle un trozo de tocino asi la hará mas suave.

18. Guisos

Faba asturiana estofada


800 gr. de faba asturiana, 2 dientes de ajo, media hoja de laurel, media cebolla pequeña, perejil, pimentón, azafrán, aceite y sal.

Las fabas, puestas a remojo la noche anterior, se colocan en una cacerola amplia con la cebolla picada, una rama de perejil también picada, el laurel, los ajos cortados, media cucharada de pimentón dulce y un chorro de aceite.
Se cuece todo muy lentamente, con la cazuela un poco destapada.
Para que estén siempre cubiertas de agua se les agregará con frecuencia agua fría en pequeñas cantidades.
Cuando estén casi cocidas se condimentan con sal y un poco de azafrán; si se quiere espesar el caldo se puede añadir un poco de pan rallado. Hay que dejar cocer las fabas hasta que estén bien tiernas.
Es preferible dejarlas reposar unos momentos antes de servirlas.

18. Guisos

Faba asturiana con salchichas


800 gr. de faba asturiana, 250 gr. de salchichas blancas, aceite, perejil, ajo, azafrán y laurel.

Deben dejarse las tubos en remojo durante toda la noche. Se pasan a una cacerola y se ponen a hervir con un trozo de cebolla, 1 diente de ajo, 1 rama de perejil, un poco de laurel y un chorro de aceite. Cuando rompe el hervor se baja el fuego y se dejan cocer lentamente y un poco destapadas, procurando que estén siempre cubiertas de agua.
A media cocción se añaden las salchichas, se les pone azafrán y se siguen cociendo hasta que estén muy tiernas. Cuando estén cocidas se sazonan de sal. Antes de servirlas se dejan reposar unos minutos.

18. Guisos

Faba asturiana con rabo de buey


800 gr. de faba asturiana, q rabo de buey, 2 cebollas, 1 ajo puerro, 1 hueso de jamón, 2 zana-horias, 1 hoja de laurel, 2 dientes de ajo, 2 tomates, vino blanco, azafrán, aceite de olivo, pimienta blanca, perejil y sal.

Se echan a remojo las tubos en agua fría, de diez a doce horas antes de ser cocinadas.
Se colocan las fabas con el puerro, 1/2 cebolla, 1 zanahoria, el hueso de jamón, 1 chorro de aceite y el laurel, procurando que las fabas estén siempre cubiertas de agua. Se añadirá de vez en cuando agua fría. Cuando estén a media cocción se añade un poco de azafrán molido. Se separan de las fabas las verduras y el hueso de jamón.
Se trocea el rabo y se adoba con ajo picado, perejil, la pimienta, el aceite y el vino durante doce horas, pasadas las cuales se rehoga con la cebolla, una zanahoria, un tomate y vino blanco, dejándolo cocer una hora aproximada-mente. La salsa debe pasarse por el pasapuré.
Finalmente mezclamos las fabas con el rabo y lo dejamos cocer 8’ a fuego lento, Antes de servir espolvorear con perejil picado.

18. Guisos

Faba asturiana con pixin (rape)


600 gr. de faba asturiana, 750 gr. de pixín, cebolla, ajo, perejil, un poco de guindilla (opcional), sal y un chorro de vino blanco.

En primer lugar se trocea el pixín y se sazona de sal. En una cazuela (de barro preferente-mente), se echa un chorro de aceite, ajo bien picado, cebolla, igualmente picada, y se rehoga. Se añade el perejil y posteriormente se incorpora el pixín con un chorro de vino blanco. Si se quiere el plato un poco picante, puede añadirse guindilla. Se deja cocer a fuego lento aprox. 15’.
Por otro lado, se cuecen las fabas (previa-mente remojadas en agua fría desde la noche anterior), con un chorro de aceite y un trozo de cebolla.
Una vez tiernas las fabas se mezclan con el pixín y se dejan unos minutos más en el fuego, para que se mezclen bien los distintos sabores.

18. Guisos

Faba asturiana con perdiz


600 gr. de faba asturiana, 3 perdices, 1 pimiento verde, 1/2 hoja de laurel, 1 cebolla, tres tomates, 2 dientes de ajo, 2 cdas de vinagre, 4 cdas de vino blanco, perejil, nuez moscada, aceite y sal.

Previamente remojadas desde la noche anterior se cuecen las fabas. Sea cual sea el plato que vayamos a elaborar, las fabas deben cocerse lentamente, agregándoles de vez en cuando un chorro de agua fría para que no suelten la piel. Se sazonan de sal cuando ya estén tiernas.
Las perdices se cortan en dos cada una y se sazonan de sal, rehogándolas después en una sartén hasta que estén doradas. Posteriormente se colocan en una cazuela, en la que se echará además la cebolla picada, los tomates y el pimiento cortados en trozos, el laurel, una pizca de nuez moscada, el ajo y el perejil machacados en el mortero y desleídos con el vino y el vinagre, Se cuecen tapadas y cuando estén tiernas se les agregan las fabas cociéndolo todo junto durante 1/2 hora más. Se sirven bien calientes.

18. Guisos

Faba asturiana con pasta


300 gr. de faba asturiana, 350 gr. de pasta pequeña (lacitos, conchas...), 1 guindilla pequeña (opcional), 1 cebolla, 1 diente de ajo, perejil, 3 tomates, queso rallado, aceite de oliva, sal y pimienta.

Las fabas se cuecen después de haberlas dejado en remojo durante diez o doce horas. Asimismo se cuece la pasta en abundante agua hirviendo con sal y, cuando esté "al dente", se escurre.
La cebolla y el ajo se pelan y se pican, mientras que los tomates se lavan y se cortan en trozos. La cebolla y el ajo deben sofreirse en una sartén con el aceite y, si se quiere dar un sabor picante, la guindilla.
Se incorporan los tomates y las fabas, se espolvorea con el perejil picado y se salpimenta, dejándolo cocer dos minutos. Entonces se agrega la pasta y se rehoga todo junto 2’ más. Espolvorear finalmente con queso rallado y servir.

18. Guisos

Faba asturiana con pantruque


250 gr. de faba asturiana, medio kg de patatas, verdura, 2 morcillas, 2 chorizos, tocino, costilla, pantruque.

Antes de elaborar este plato deben ponerse, como siempre, las fabas en remojo de diez a doce horas. A continuación se ponen a cocer en agua fría junto con los productos del cerdo. A media cocción se añade la verdura picada y las patatas en trozos.
El Pantruque, típico del Concejo de Llanes, se elabora de la siguiente manera: Se pican cebolla y tocino muy menudos, a éstos se les añaden perejil, pimentón y sal. Se mezcla todo y se incorpora huevo batido y harina de maíz hasta formar una masa. Con ella se hace una especie de rollo que debe freirse en aceite bien caliente hasta que esté dorado. Se incorpora entonces a la cazuela con las fabas, dejándolo cocer todo junto. El pantruque se sirve partido en trozos, junto con las carnes.

18. Guisos

Empedrat (1)

500 g de alubias blancas cocidas, 250 g de bacalao remojado, 4 huevos duros, 2 cebollas tiernas, 100 g de aceitunas negras, vinagreta a la mos­taza.

Se reparten las alubias en cazuelitas individuales de barro; se dispone sobre ellas la cebolla en finos filetes y el bacalao, limpio de piel y espinas, roto en la dirección de las fibras. Se adorna con cortes o gajos de huevo duro y aceitunas; se sazona con vinagreta a la mostaza.

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