3
huevos; 200 g de nata; 1 sobre de flanín; 3 onzas de chocolate; azúcar; cerezas
confitadas; 1/2 litro de leche y limón.
En primer lugar, tomaremos 2 huevos, de
los que separaremos las claras, que pondremos a punto de nieve, agregándole 2
cdas de azúcar y procurando que queden bien unidas. A continuación añadiremos
las yemas y dos cdas de harina.
Todo esto lo pondremos en un molde
redondo, previamente untado con mantequilla, y lo meteremos en el horno, donde
debe permanecer por espacio de unos 15’.
Mientras tanto pondremos a hervir la
leche con una corteza de limón, el flanín y 5 cdas de azúcar, con lo que formaremos
la crema. Una vez preparada ésta, la dejaremos enfriar casi completamente,
para añadirle una yema; después de lo cual, debemos revolverla con frecuencia.
Tomaremos ahora la nata, que en caso de ser líquida debemos batir hasta
montarla bien, y le agregaremos 150 g de azúcar y un merengue que hemos
formado con la clara reservada anteriormente y 3 cdas de azúcar.
Mezclaremos todo esto bien y, una vez
reservado un poco para los adornos finales, pasaremos a unirlo con la crema.
Colocaremos el bizcocho en una fuente honda y lo mojaremos con un vasito de
leche o de jerez, a elegir, y le echaremos la crema que tenemos preparada,
colocándolo en el congelador.
Ponemos ahora a deshacer el chocolate con
un poco de mantequilla y un chorrito de leche y, una vez fundido todo, lo
ponemos sobre la tarta, procurando con la ayuda de una espátula que nos quede
bien liso.
Por último, la adornaremos con la nata
reservada y las cerezas confitadas, metiéndola en el congelador, donde deberá
permanecer un mínimo de cuatro horas.
Finalizamos diciendo que es éste un
postre de origen impreciso, pero de cuyo exquisito sabor nadie duda.
36. Postres