El procedimiento que voy a indicar hace del
inocente animal un plato delicioso.
Yo lo he preparado en el campo y confieso que
he comido pocas cosas que me hayan gustado más.
Se toma un cordero de leche, dándole muerte un
día antes, de prepararlo y dejándolo colgado y limpio.
Al día siguiente se sala, se atraviesa por un
espeto y se pone sobre brasas, dándole vueltas.
Cuando forma pequeñas burbujas se unta, con
una o dos plumas de gallina, con manteca de cerdo derretida, y se sigue
volteando y untándolo de vez en cuando de manteca, hasta que esté muy dorado.
Entonces se coloca en la fuente y se sirve,
rociado con jugo de limón.
Carnes - 05. - 048
No hay comentarios:
Publicar un comentario