Se frota bien frotada una costilla de cerdo
con sal fina.
A las dos horas se unta de grasa y se le ponen
unas gotas de jugo de limón.
Se asa en la parrilla sobre brasas, no
sirviéndola hasta quie forma una corteza crocante y de un color dorado subido.
Va a la mesa en una fuente adornada con
lechuga aderezada y con rajas de limón.
Carnes - 05. - 048
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