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miércoles, 10 de septiembre de 2014

Chuletas rusas .048

A Picadillo.
Desde París.

Esto de chuletas rusas es un decir, porque como verán ustedes, pueden hacerse en todas partes, sin perjuicio de cubrirlas con el pabellón moscovita, porque siempre adorna.
Y ahora pongan atención el maestro Picadillo y sus primorosos ayudantes Picatoste, García Larchánez y Corrosco.
Cojan ustedes, si les da la gana, carne de pollo asado, carne, de ternera que previamente haya sido compuesta de algún modo -estofada por ejemplo, tocino cocido y miga de pan mojada en caldo.
Todo esto se pica muy menudo, se, amasa con un huevo balido y se sazona.
Con la masa se forman unos triángulos isósceles, -¡lo que uno sabe!, que puedan caber decorosamente en un plato y aun dejar al comensal con ánimos de repetir si come en familia.
Estos triángulos, que me parece que dije que se llaman isosceles, se envuelven en harina y huevo y se frien en manteca fresca.
En esta manteca, que ha servido para freír tan exóticas y originales chuletas, se dora una poca harina, se sazona y se vierte en la fuente.
Encima se colocan las chuletas.
Voilá tout. Ahora sólo falta que hagan ustedes la prueba y no les gusten.

LEÓN RODRIGO.
París, Diciembre, 1902.

(De El Noroeste, periódico de La Coruña).

Carnes - 05. - 048

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