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miércoles, 10 de septiembre de 2014

Cadera de buey a la gelatina .050

(Boeuf en gelée).

Receta familiar.

2 kg. de carne de buey cogida de la cadera (peso neto), 250 g de tocino gordo salado para mecharla, 300 g de corteza de tocino, 1 pata de cerdo, 250 g de cebollas, 300 g de zanahorias, 3 dientes de ajo, perejil, tomillo y laurel, 2 clavillos de especia, 2 decilitros de vino blanco, 3 litros de agua, sal, pimienta y especias molidas, 3 cdas de manteca de cerdo.

Escójase un hermoso trozo de carne que no tenga divi­siones para que luego se pueda trinchar a rajas regulares.
Una vez bien lim­pio, es decir, desprovisto de piel, nervios y gordos (ha de quedar en carne viva), frótesele por todo con sal fina, pimienta molida y especias; colóquese en una vasija honda y viértanse por encima los dos decilitros de vino blanco (si gusta más fuerte póngase en vez de vino blanco un buen vinagre), y déjese sazonar durante dos o tres días, cuidando de dar vuelta a la carne dos veces al día: por la mañana y por la noche (para darle la vuelta ayúdese con dos cucharas de madera, pues la mano o el metal lo estropearía).
Terminadas las veinticuatro horas de adobo confecciónese el jugo donde se cócerá luego la carne.

Nota.- Cabe cocer todo a la vez, carne e ingredientes; pero resultará más sucu­lenta si se cocina previamente el jugo.

En una marmita pónganse la mano de cerdo perfectamente limpia, las corr, tezas de tocino bien rascadas y lavadas, las cebollas mondadas y enteras, las zanahorias raspadas, 3 dientes de ajo, 1 ramito de hierbas (perejil, tomillo y laurel), los clavillos de especia y tres litros de agua fría; na se pone sal.
Póngase la marmita al fuego vivo, y cuando arranque el hervor espúmese, tápese y déjese cocer con calma y sin interrupción por espacio de cuatro horas.

Nota.- Este caldo conviene confeccionarlo la víspera; una vez terminada la cocción se echará todo en una vasija de loza, dejándolo en sitio fresco.

Cuando se vaya a cocinar la carne, es decir, al cabo de 24 horas de adobo, escúrrasela bien, séquesela perfectamente con un paño y procédase a mecharla con gruesas tiras de tocino.
Las tiras han de ser lo suficientemente largas para que puedan atravesar el trozo de cadera de punta a punta y en el sentido de la fibra, para que luego, al trincharla, ofrezca el aspecto de la morta-dela.
Para este mechado utilícese una aguja de mechar gruesa y acanalada.
No se tenga reparo en poner muchas tiras, pues esta carne ha de estar bien en­grasada para no resultar seca.
Sujétese la carne con unas vueltas de hilo bala, a fin de darle bonita forma, y procédase a guisarla.
Para esto téngase una cacerola cuyo interior esté intacto (si está dete­riorada enturbiará la gelatina) y cuya capacidad corresponda a las cantidades. Póngase en ella tres cdas de manteca de cerdo y caliéntese; póngase entonces el trozo de carne y hágase rehogar sin arrebato hasta que haya toma­do color, sín tostarse (aprox. una media hora de fuego regular).
Añádasé entonces el caldo, preparado de antemano (los tres litros habrán que­dado reducidos, por evaporación, a litro y medio aproximadamente); póngan­se también las cortezas de tocino y la mano de cerdo (las cebollas, las zana­horias, etc., no se ponen).
Póngase la cacerola al fuego vivo, y cuando arranque el hervor espúmese esmeradamente.
Hecho esto tápese la cacerola, dejando una rendija para dar salida al vaho, y hágase hervir lentamente y sin interrupción por espacie de cinco o seis horas.

Nota.- Para que la gelatina sea suculenta precisa de un hervor lento y continuo.

Como se trata de un fiambre casero no se moldea en gelatina; por tanto, se hará sencillamente como sigue:

Presentación del plato.- Se tendrá una vasija honda, como una ensaladera o un gran frutero.
Previamente pasado por agua caliente y bien secado coló­quese en el centro el trozo de carne, al que se habrán quitado los hilos; se pondrá tan sólo la carne; pero gustando, póngase también la mano de cerdo bien deshuesada y partida en trocitos, así como la cebolla y la zanahoria (a la autora le parece de mejor presentación el poner sólo la carne, haciendo sobre esta un bonito dibujo con la zanahoria partida en rodajitas).
Déjese enfriar un poco el jugo, desengrásese perfectamente y a continua-ción pásese por un colador en el que se habrá extendido una servilleta para que haga de filtro.
Viértase lo pasado por encima de la carne (después de haber rectificado la sal) y déjese enfriar y cuajar perfectamente.

Nota.- Se odrá mejorar la gelatina agregándole, cuando se fuera a pasar, una copita de Jerez oloroso.

Si una vez cuajado apareciera algo de grasa en la superficie quítesela pa­sándole por encima un lienzo humedecido con agua tibia.
Sírvase muy frío.

Carnes - 05. - 050

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