Arroz, agua, sal.
Muy bien lavado el
arroz en agua fresca, se pone en una cazuela especial, parecida a un sombrero
chino, de materia muy resistente al fuego, se echa agua con una regaderita; los
chinos echan el agita en las manos para que vaya cayendo sobre el arroz por
entre los dedos y bordes, pues no debe caer de golpe.
Se sazona de sal y se
tapa herméticamente, poniéndola a hervir sobre fuego muy vivo, dejándolo cocer
unos tres minutos.
Luego se separa un
poco para volver a ponerlo a cocer otros 3 o 4’, y, por fin, terminará su
cocción a fuego muy suave de 12 a 14’.
Antes de servirlo se
deja enfriar un poco.
Resulta muy esponjoso
y suave.
Arroces - 02 .047

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