Para 1/2 kg de arroz, un vasito de vino blanco, almejas,
gambas, quisquillas, etc., todos los mariscos que se deseen, cebolla, ajo,
perejil, 2 tomates regulares, pimientos, aceite, sal.
Los mariscos se lavan
muy bien y se cuecen en el vino blanco mezclado con agua y sazonado de sal.
El líquido debe cubrir
los mariscos, para que a la vez que se cuecen se limpien de las arenas que
luego veremos en el fondo del caldo donde han cocido.
Se revuelven con la
espumadera una vez abiertas.
Se espuman, luego se
secan escurriéndolas del caldo.
Se deja reposar el
agua donde cocieron los mariscos.
Se limpia o se lava el
arroz.
En aceite caliente se
rehoga un poco de cebolla, ajo, perejil, todo picadito, después se agrega el
tomate, sin piel ni semillas.
Una vez rehogado todo
se echa el arroz, unos trozos de pimiento y se le da unas vueltas.
En una cacerola se
pone doble cantidad de agua que de arroz, pero el agua debe tomarse de aquella
en que cocieron los mariscos, sin echar la última que tendrá arenas; si es poco
agréguese agua o caldo.
Se sazona de sal si es
necesario, pues antes de cocer el arroz el agua debe estar más bien salada.
El arroz no debe
echarse hasta que el agua no esté hirviendo. Los mariscos se despojan de sus
conchas o caparazones, si son quisquillas se echan sólo las colas peladas y
así los demás, y se echan con el arroz, que seguirá hirviendo a fuego fuerte
durante 10’, removiéndolo con frecuencia, después se tapa y se retira a un lado
del fuego, para que termine de pasarse.
En vez de retirarlo a
un lado también puede meterse sin tapar a horno suave.
Si el arroz no se va a
tomar inmediatamente, para que no se pase se le echa al principio un buen
chorro de limón.
Este arroz admite
también chorizo que se le puede agregar cuando se echa la cebolla.
Arroces - 02 .047

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