Las
alcachofas merecen nuestra atención, esconden con coquetería de mujer sus corazones
y así es más apetitoso el llegar a lograrlas poco a poco
Ramón Gómez de la Serna
Cortado el rabito se van quitando las hojas
hasta dejar solo el corazón
Frotarlo con limón para que no se ennegrezca
Ponerlos a cocer, en un puchero con agua,
añadiendo el jugo de un limón, un polvillo de sal y una cucharadita de harina
Cuando estén se escurren y secan
Se pasan por harina, huevo batido y a la
sartén con aceite humeante
Fuente:
Alfredo Juderías
Entrantes - 11. - 031
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