250 g de
harina, 1/2 lt de agua, 5 g de sal, aceite
En una cacerola sobre el fuego se pone el agua y la
sal, y cuando empiece a hervir se le echa poco a poco la harina que tendremos
cernida en un barreñito, haciendo la mezcla lentamente con la ayuda de una
espátula de madera. Debe quedar una masa consistente, con la que, después de
trabajada, se llena la churrera. En un recipiente que contenga aceite abundante
e hirviendo se van echando los churros formando espiral, no poniendo muchos a
la vez; se los da vuelta con una espumadera para que frían por ambos lados; se
escurren: se espolvorean con azúcar y se sirven. Si se desea que los churros
salgan más dorados, al hacer la masa se sustituyen tres cdas de agua por otras
tantas de leche, y esta pequeña adición hace que los churros se doren antes de
freír.
36. Postres - 032
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