Se escogen naranjas de clase fina, se les quita la
parte amarilla con un rallador, se cortan en dos o tres partes redondas,
quitándoles las semillas, y se echan en agua fría a hervir hasta que estén tiernas,
que se pasarán a otra agua fría, dejándolas así cinco días y renovándoles el
agua dos veces al día. Después se hace el almíbar y, cuando esté en su punto,
se une a él la naranja, haciéndola hervir suavemente hasta que tome un punto
algo subido. Luego se coloca en tarros, cubriendo bien la fruta con el almíbar
y dejándola enfriar para taparlos.
Las naranjas se pesan antes de rallarlas y por un kilo
de fruta se pone kilo y medio de azúcar. También se ponen con toda la cáscara,
picándolas antes de cocerlas con un alfiler y teniéndolas en remojo siete días.
Conservas y embutidos - 07. - 046
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