Se sumergen los riñones en agua caliente, poniéndolos
después en maceración en vino blanco, durante una hora; se lavan luego y se
cortan en rajitas pequeñas y finas, quitándoles las ternillas y los nervios,
adobándolos con sal fina y regándolos con zumo de limón. Se calienta manteca
de vaca y se echan en ella los riñones, dándoles una vuelta a fuego muy vivo;
se añade perejil con ajo picados, un poquito de harina y una copita de vino
blanco; se les da otra vuelta, procurando que en toda esta operación no
transcurran cinco minutos, pues cuanto menos tiempo estén al fuego más tiernos
quedarán.
Despojos - 08. - 045
No hay comentarios:
Publicar un comentario