Se cuecen mucho los tomates sin añadirles agua; luego
de cocidos se pasan por el tamiz, dejando que la pasta se enfríe algo para
introducirla en las botellas, tapándolas a medida que se vayan llenando y
haciéndolo con mucha rapidez, a fin de que no penetre el aire; colóquense luego
en una cacerola de regular tamaño con heno, quedando las botellas muy
apretadas, sin tocarse unas a otras, y bien envueltas con el heno; se les echa
agua fría y se ponen a hervir durante tres cuartos de hora, cuyo tiempo debe
contarse desde que empieza la ebullición; se dejan luego enfriar en la misma cacerola
con el agua, cubriéndolas con un paño en el momento en que se les aparta de la
lumbre.
Conservas y embutidos - 07. - 045
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