Se cortan los riñones por la mitad, quitándoles la
película que los cubre; se sumergen luego en agua caliente, pasándolos después
a otra hasta que estén bien limpios; se aderezan con sal fina y se fríen en
manteca de vaca muy caliente a fuego vivo, para que se pongan tiernos.
Despojos - 08. - 045
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