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lunes, 31 de diciembre de 2012

Te helado

Cuenta la leyenda que transcurría en China cierto día de la primavera del año 2.737 a de C. cuando el sabio emperador Sheng Tung, mientras paseaba por el bosque, le ordeno a su sirviente hervir agua (como norma de higiene) ya que tenia sed. Se echo a la sombra a esperar y de pronto un suave y penetrante aroma empezó a elevarse en el aire; el viento había arrancado algunas hojas de un arbusto cercano y estas habían caído en el agua.
Sheng Tung pidió que le alcanzaran el cuenco y se sirvió un poco de la extraña infusión, que le pareció exquisita. Había nacido el te, que según la historia es oriundo del Valle de Assamm, más precisamente de la zona del rio Brahamaputra, que corre entre China e India, por lo que ambos pueblos se disputan su descubrimiento.
Mas allá de estos problemas de origen y mucho tiempo después de su descubrimiento, el té sigue siendo una bebida muy popular: en la actualidad casi la mitad de la humanidad toma té. Se calcula que cada habitante de la Tierra consume durante el año, en promedio, unas 250 tazas de té, frío o caliente, depende de la estación.
Porque esa es la novedad, por lo menos para nosotros, habitantes del sur de América. La idea es conocer mejor los beneficios del té y aprovecharlo como una bebida fresca y sin calorías para refrescarnos durante estos calurosos días del verano. Una alternativa valida y saludable para incluir en nuestros hábitos de vida.

UNA CUESTION DE CAFÉINA

El té se elabora con las hojas de unos árboles que crecen en estado silvestre, en lugares de suelo fértil, clima calido y buena pluviosidad. Habitualmente la recolección de los brotes se realiza a mano y luego se los somete a un exigente proceso, en el cual van pasando de verde a negro a naves del siguiente proceso: se marchitan las hojas, se las amasa o aplasta entre rodillos, se las fermenta, seca, tamiza y clasifica para su posterior envasado y comercialización.
Al igual que el café, el cacao y las bebidas colas, el té se caracteriza por poseer cafeína, una sustancia que actúa como estimulante. La cafeína reduce el tiempo de reacción y aumenta la agilidad mental, el ritmo cardiaco y el flujo de orina. En dosis pequeñas es inocua, pero consumida en exceso puede producir palpitaciones, temblores y depresión. Aunque para que resulte toxica hay que ingerir 600 o mas miligramos de cafeína en periodos cortos, algo que en la practica parece imposible.
A modo de ejemplo, una taza de té contiene entre 16 y 18 miligramos de cafeína, una botella o lata de gaseosa cola entre 23 y 34, un vaso de cacao alrededor de 20 y una taza de café entre 26 y 60. Todas estas bebidas poseen otros estimulantes que no crean habito, como la teobromina y la teofilina, pero la cafeína es el mas activo de ellos.
Las hojas del té contienen mas cafeína que los granos del café, pero vino se usa menos té que café para una misma cantidad de agua la presencia de ese estimulante es inferior en el te. Esta bebida, al contrario que el café, contiene una cantidad apreciable de taninos. Estos pueden provocar estreñimiento, aunque como su paso al agua es muy lento se puede evitar en cierta medida deteniendo la infusión al cabo de unos minutos. Los taninos neutralizan en parte la cafeína que arrastran -un efecto que también se logra con la adición de limón (acido cítrico)- y, por ese motivo, el té se tolera mejor que el café. Asimismo, la cafeína se puede eliminar echando agua caliente sobre el té y desechando esa primera infusión.

LAS VIRTUDES DEL TE

Además de cafeína, teobromina, teofilina y taninos, el té contiene fluoruros, aceites volátiles y, en pequeñas dosis, minerales y vitaminas.
Entre sus principales propiedades medicinales, esta infusión aumenta la actividad de las arterias coronarias (por esa razón se la suele aconsejar a los enfermos cardiacos) y activa la circulación renal de tal manera que es considerado un diurético seguro.
También se recomienda en las dietas adelgazantes, porque no aporta glúcidos, pro-teínas ni lípidos. Los antiguos chinos afirmaban que el té era bueno para todo, desde purificar el aliento hasta "aligerar los huesos".
Ninguna otra bebida tiene sus propiedades, sedantes y estimulantes a la vez, o brinda tanto placer con tan poco daño.
No existe otro alimento que contenga tanto fluor como el té, con excepción de algunos peces de mar, y ya sabemos que el fluor aparece como un factor de protección de los dientes contra las caries.
Para conservar bien el té hay que evitar que este expuesto a la humedad y el olor. Si se desea un buen sabor, no hay que dejarlo en un paquete abierto al aire libre. Lo más conveniente es guardarlo en una caja metálica o en un frasco de porcelana, con la condición de que las tapas cierren hermética-mente. El té puede comprarse en hebras (envuelto en paquetes de aluminio), en saquitos individuales e inclusive en polvo soluble. Cualquiera fuese su elección, usted podrá disfrutar las ventajas de su inconfundible aroma y sentirse saludablemente satisfecho luego de beberlo.

  
6 REGLAS DE ORO PARA PREPARAR UN BUEN TE HELADO

1.- Calentar bien la tetera (preferiblemente de porcelana o cerámica) enjuagándola con agua hirviendo.

2.- Poner en la tetera una cdita de té o un saquito por taza (2 a 2,5 grs.) y añadir una más.

3.- Hacer hervir rápidamente agua fresca y pura. Apenas comiencen a romperse las primeras burbujas vertirla sobre el té.

4.- Dejar en infusión durante al menos 5’.

5.- Remover con una cdita y colar. Agregar limón y/o azúcar.

6.- Colocar dos o tres cubitos de hielo.


61. Bebidas


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