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martes, 9 de septiembre de 2014

Terrina de liebre a la campesina .050

Receta familiar.

Una liebre joven y de unos 3 kgs de peso (con tripas y pellejo), 200 g de magro de cerdo, 200 g de ternera lechal, medio kg de tocino fresco, 150 g de jamón curado, 70 g de sal con especias (ó 55 g de sal fina, 10 g de pimienta negra molida y 5 g de especias molidas), 2 decilitros y medio de coñac, 4 cdas de aceite, 3 huevos, 1 rama de tomillo, 2 ramas de perejil, 2 dientes de ajo, 1 hoja de laurel, 300 g de tocino graso cortado en lonjas muy delgadas para forrar la terrina.

Nota.- Para poner la liebre en terrina no conviene lleve muerta muchos días: dos o tres a lo sumo; igualmente no ha de estar destripada, pues su sangre es nece­saria para el condumio.

Una vez despellejada se destripa con mucho cuidado para no desperdiciar la sangre, la cual se recogerá con mucho cuidado con una cuchara y se pondrá en una taza; igualmente se reservarán los pulmones, el corazón y el higado desprovisto de la hiel.
Limpia la liebre (no se lava) se deshuesan los muslos, las espaldas y el lomo; se dejan bien desprovistos de piel y nervios y se corta todo en pedacitos cuadrados, así como el tocino y el jamón, y todo ello se pone en una ensaladera; se añaden perejil, ajos, tomillo y laurel; se sazona con sal, pimienta y especias; se rocía con el aceite y el coñac y se deja en macera­ción mientras se prepara el picadillo (de vez en cuando remuévase lo ado­bado con una cuchara de madera para que se impregne bien del condimento).
Se limpian bien los huesos dei resto de la liebre, sacando toda la carne posible, y junto con la ternera y el magro de cerdo, todo bien limpio de pelle­;os y nervios, trínchese en trozos pequeños; acto seguido pásense dos o tres veces por la máquina de picar, resultando de este modo un picadillo fino (si se quiere que resulte más fino aún macháquese en el mortero; se macha­cará por porciones); luego se sazona con sal, pimienta y especias.

Nota.- Si el magro resultara demasiado magro habría que añadirle un poco de tocino.

Júntese este picadillo con lo adobado, retirando los ajos, el perejil, el tomillo y el laurel, y agregando, en cambio, el corazón, el hígado y los pul­mones, todo bien picadito; la sangre, pasada por un colador, y los tres hue­vos batidos como para tortilla.
Mézclese todo perfectamente (la mezcla per­fecta se hace con la mano mejor que con cuchara; para esto se opera con la mano bien lavada, perfectamente aclarada y sin secar).
Téngase preparada una terrina proporcionada a la medida (si se quiere conservar; siendo para consumirla en seguida será igual un molde corriente); fórrese por dentro con tocino cortado en lonjas sumamente finas; resérvese tocino para cubrirla.
Hecho esto váyase llenándolo con el preparado de liebre, poniéndolo por porciones y apisonándolo a medida con la mano mojada en agua fría.
Una vez puesto todo tápese con tocino, sazónese con sal y espe­cias, póngase un poco de tomillo y laurel y tápese perfectamente (siendo una terrina se pega la tapa con un poco de harina mojada en agua).
Hecho esto póngase a cocer al baño de maría con agua fría, primero sobre la chapa, y cuando hierva el agua, en el horno con calor moderado, a razón de unos 32 o 35’ por libra (para estas can­tidades alrededor de las tres horas y media).
Se conocerá que está ya cocido cuando pinchándolo hasta el fondo y apo­yando luego la punta de la aguja en el dorso de la mano, quema; igualmente la grasa que se forma y sube a la superficie ha de resultar clara; mientras se mantenga turbia será señal de que no ha cocido bastante.
A medida que se consuma el agua del baño habrá que. reponerla.
Cuando se haya cocido se escurre toda la grasa que contenga la terrina; seguidamente se coloca sobre el fiambre una tabla con cinco kilos de peso encima y se deja perfectamente enfriar, cuando menos, veinticuatro horas.
Si es para consumirla en seguida se hará como sigue: cuando se vaya a servir sáquese del molde, introduciéndolo unos segundos en agua caliente y sacándolo a una fuente; córtese en rajas, adórnese con mantequilla pasada por pasador metálico o haciendo dibujos con la manga o churrera, o bien abrillántese con gelatina hecha con los huesos y desperdicios del fiambre, etc.
Si se la quiere conservar cúbrase con una buena capa de manteca de cerdo derretida y tápese.
Consérvese en un local fresco y seco.

Aves y caza - 03 .050

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