Dos pollos muy jóvenes, 200
g de mantequilla, 2 copas de coñac, 1 vaso de vino
blanco, medio litro de jugo de ternera (o caldo, añadiendo al final unas gotas
de jugo Maggi), 1 cda de perejil picado,
sal y pimienta.
Váciense y flaméense dos
pollitos jóvenes; pártanse por la mitad, aplánense un poco con el machete
puesto de plano y retírense cuantos huecos se pueda, sin estropearlos;
salpiméntense; colóquense en una tartera de asar con 100 g de mantequilla
derretida; cuézanse al horno vivo, cuidando de darles vuelta de vez en cuando
y rociándolos a la vez con su grasa.
Mientras tanto póngase a
cocer al fuego vivo medio litro de jugo de ternera; hiérvase hasta dejarlo
reducido, por evaporación, a decilitro y medio.
Retírense los pollos del
horno, pónganse en un plato y consérvense al calor tapados con un papel blanco
embadurnado con mantequilla; échese en la tartera el coñac y el vino blanco;
ráspese el fondo con una cuchara de metal para desprender lo pegado; agréguese
el jugo de ternera, póngase al fuego y cuézase hasta dejarlo en buen punto;
retírese del fuego y añádanse 100
g de mantequilla partida en pedacitos; remuévase bien y
agréguese perejil picado; viértase por encima de las mitades de pollos.
Sírvase.
Envíese a la vez una torta
de patatas.
Aves y caza - 03 .050
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