Se preparan unos discos de jamón ahumado, del tamaño de un duro; se
fríen con mantequilla y se dejan en un plato.
Se tienen también otros tantos discos de queso de Gruyére algo menores
que los de jamón y de un centímetro de grueso.
En unas agujas a propósito se ensartan alternándolos; se pasan por pan
rallado y huevo batido; luego otra vez por pan rallado, y se fríen con manteca
de cerdo o con aceite fino.
Se servirán muy calientes, sin sacarlos de las
agujas.
Aperitivos - 01 .050

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