La coliflor, para que resulte buena, se escogerá muy blanca, de grano
muy apretado, duro al tacto y troncho corto.
Se cuece entera o separada en cogollos en abundante agua hirviendo y
sal y destapada para que se conserve blanca.
La parte florida se cuece en seguida; los tronchos, en cambio, necesitan
más tiempo.
Para que todo se cueza a la vez es necesario mondar los tallos,
arrancándoles con un cuchillo fino la corteza que los envuelve, empezando
desde abajo.
En cuanto esté cocida se retira la cacerola del fuego y se le añade
agua fría para que no cueza más.
Se retira con cuidado para no romperla, depositándola en una
escurridera grande, y luego, para que apure, se coloca encima de una
servilleta.
Aperitivos - 01 .050
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