Print Friendly and PDF

Translate

sábado, 26 de abril de 2014

Morcillas asturianas .045

Se lava bien la grasa, despojándola de unas ve tas que tiene alrededor y se pica. Separadamente se pica también cebolla y se juntan ambos pica­dillos en una vasija en proporción de un plato de cebolla por plato y medio de grasa; se añade sal, pimentón, pimienta, clavo, un poquito de canela otro poquito de pimentón picante y orégano. To­do esto se procura mezclarlo bien con sangre de cerdo previamente colada, en cantidad de una ta­cilla por kilo de grasa, y se agita bien con la mano a fin de que quede bien mezclado, dejándolo un rato en reposo para que tome el adobo. Luego, y por medio de un embudo, se van llenando las tripas, ya preparadas, atándolas con hilo fuerte y pin­chándolas con un alfiler para extraerles el aire.
Se pone al fuego una cacerola con agua y una rama de orégano, y al empezar a hervir sáquese aquél, échense las morcillas, dejándolas hervir a. fuego suave y sacándolas cuidadosamente; se las pincha para ver si sueltan sangre, en cuyo caso es que no se han cocido lo bastante y deben volverse otra vez a la cacerola para acabarlas de cocer, pro­curando cubrirlas con un paño una vez cocidas.
Las tripas se lavan muchísimo en diferentes aguas frías con vinagre y sal.

Conservas y embutidos - 07. - 045

No hay comentarios:

Publicar un comentario