Membrillos, azúcar
Se ponen a cocinar, sin demasiada agua, las semillas y
corazones de los membrillos.
Una vez que esté muy gomosa, se pasa por un paño fino,
midiendo el jugo que resulte, y se pone de nuevo a hervir poniendo la misma medida
de azúcar.
Se debe hervir muy lentamente.
Cuando esté espesa se vierte un poco en un plato, para
saber si está en su punto; tiene que cuajar en el momento de enfriarse.
Se conserva en tarros.
Conservas y embutidos - 07. - 044
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