Se cortan unas lonjas finas de jamón y se sumergen en
vino blanco, muy azucarado, durante tres cuartos de hora; después se enjugan
bien en un paño; se les da luego una vuelta en manteca de vaca caliente, y, por
último, se les da un hervor en el vino blanco azucarado donde han estado en
remojo.
Conservas y embutidos - 07. - 045
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