Membrillos,
azúcar
Escójanse unos buenos membrillos, que no estén verdes
ni demasiado maduros.
Córtense en rajas alargadas, despojándolos de la piel,
semillas y durezas.
Pónganse a cocer en agua hirviendo hasta que estén muy
tiernos, entonces se pasarán al agua fría, dejándolos en ella tres días y
renovándola una vez al día.
Se hace un almíbar, a punto algo subido, y se deja
enfriar para unirlo a la fruta, que estará bien escurrida.
Se deja hervir suavemente hasta volverse encarnado y
transparente.
Los membrillos se pesan antes de prepararlos, poniendo
1 kg y cuarto de azúcar por 1 kg de fruta.
Conservas y embutidos - 07. - 044
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