Una vez limpios los fréjoles, despojados de los hilos
y cocidos, se dejan escurrir, dejándolos así enfriar; una vez fríos, se colocan
en la fuente donde han de servirse, regándolos con aceite y vinagre, y
cubriéndolos con rajas finas de huevo cocido.
Entrantes - 11. - 045
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