Echad en un almirez o tazón una yema de huevo muy
fresca y un poquitín de sal.
Deshaced la yema con un tenedor para que se mezcle
con la sal y añadid entonces el aceite, gota a gota, sin dejar de remover la
salsa, con la mano del almirez, siempre del mismo lado, hasta que esté bien
espesa. Se puede ir añadiendo aceite hasta que se juzgue que ya, se tiene
bastante salsa para lo que se necesite.
Cuando la salsa está ya espesa, se le añade un poquitín
de vinagre o zumo de limón, removiendo sin parar y concluyendo con un poco más
de aceite.
También puede prepararse con un batidor de huevos,
sistema mucho más rápido y seguro.
Cuando hace calor, se recomienda emplear utensilios frescos,
es decir, pasados por agua fresca, para evitar que la salsa se corte.
Nota.- Agregándole el zumo de unas
rodajas de remolacha roja, se obtiene una vistosa salsa mahonesa de este color.
31. Salsas - 023
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