En un puchero de barro con agua fría se ponen
a cocer unas lentejas, en remojo de antenoche, una vez esmotadas ya que
requieren mucho cuidado en la limpieza y poco en el fogón; se arropan con una
cabeza de ajos, una hoja de laurel, unos cascos de cebolla, una chorretada de
aceite y un chorizo de la olla
Mientras se van haciendo se frien en una
sartencilla aparte un poco de cebolla, una rebanadilla de pan, una cucharada de
harina y así como media de pimeñtón dulce
Se pasan a un mortero y se majan agregando un,
poco de caldo y un dedal de vinagre
Al
puchero y, después de salpimentar debidamente, dejarlas hacer con
"mesura" como aconsejaba San Agustín que se hiciese con el rezo
Fuente:
Alfredo Juderías
Guisos y potajes - 14. - 031
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