"La patrona mandaba traer todas las
mañanas una cantidad enorme de huesos para el sustento de los huéspedes Es muy
posible que en aquel montón de huesos hubiera, de cuando en cuando, alguno de
cristiano; lo seguro es que fueran de carnívoro o de rumiante, en aquellas
tibias, húmeros y fémures, no había casi nunca una mala piltrafa de carne.
Hervía el osario en un puchero grande con garbanzos, a los cuales ablandaba con
bicarbonato, y con el caldo se hacía la sopa, la cual, gracias a la cantidad de
sebo parecía una cosa turbia para limpiar cristales o sacar brillo a los
dorados"
"Receta"
del ilustre-escritor y novelista Pio Baroja
Fuente:
Alfredo Juderías
Guisos y potajes - 14. - 031
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