800 g.
de salmón; 1 cebolla; 100 g. de aceitunas 1/2 vaso de vinagre; 2 cdas de
mantequilla; perejil; pimienta; aceite y sal.
Siguiendo la tradición asturiana que afirma que este pescado no debe lavarse, lo limpiaremos con un trapo. Ya limpio, lo
pondremos en una cazuela con la cebolla, el perejil y las aceitunas, todo bien
picadito, y le añadiremos también un chorro de vinagre, otro de aceite, un
grano de pimienta y la mantequiila. Así dispuesto, lo pondremos en el horno,
donde permanecerá aprox. unos 15’. Transcurridos éstos, ya lo daremos por hecho
y verteremos sobre él una tacita de caldo.
Una reflexión final: tiempos hubo en que
el salmón era más abundante y menor su demanda. Recordemos si no la anécdota de aquellos trabajadores asturianos que a principios de siglo protestaban de
que les dieran salmón para comer todos los días. El panorama actual es
totalmente el contrario, y con el precio que tiene este sabroso pez,
seguramente puede haber paisanos que cambien de barrio sin haberlo probado. Se
pescan, pero poco, si exceptuamos los cercanos años en que algunos se ponían
morados de salmones.
15. Pescados
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