Después de
estirar el bastón con la brilla, se le da una mano de grasa y se espolvorea con
un poco de azúcar molida. Se arrolla el bastón tratando de que resulte más
delgado que el de las tortas alemanas y se corta en pedazos de 30 g cada uno,
del doble de ancho de aquéllas para que haya espacio de hacerles una hendidura
con la brilla. Se estiban en latas y una vez que tengan el punto necesario, se
pintan con huevo batido colocando en la hendidura una tira de crema de vainilla
y sobre ésta un punto de azúcar.
38. Pasteleria
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