Porciones: 6 - Tiempo: 45'
250 g de harina de trigo,
200 g de manteca, 1 yema de huevo, 1 copita de anís, sal, aceite para freír, azúcar
impalpable
Para el almíbar: 600 gr de azúcar
Vierta en un cuenco grande la mitad de la harina con la
manteca y trabaje con las puntas de los dedos hasta obtener una masa homogénea.
Extiéndala, con ayuda, del rodillo, enróllela, cúbrala con una servilleta y
déjela reposar en un lugar fresco, durante 2 horas aprox.
A continuación, vierta en otro; cuenco la harina restante,
añada la copita de anís, la yema de huevo, tres cdas de agua y una pizca de
sal.
Amase con las puntas de los dedos hasta que se forme una
masa homogénea, extiéndala con el rodillo.
Seguidamente colóquela sobre la masa anterior y trabájelas
bien hasta conseguir unirlas completamente. Extienda la mezcla de las dos masas
sobre una superficie de trabajo, previamente enharinada, dándole forma
alargada.
Córtela en tiras, y una los extremos para formar las
rosquillas.
Finalmente, fría las rosquillas en abundante aceite
caliente, pero no humeante, colocándolas sobre papel absorbente para quitar el
exceso de grasa.
Por último, prepare el almíbar: vierta en un cazo el
azúcar y un vaso de agua, y remueva con una cuchara de madera.
Ponga el cazo al fuego y deje hervir hasta que se forme un
almíbar.
Este estará en su punto cuando al levantar la cuchara,
caiga una hebra continua.
Bañe con este almíbar las rosquillas, cúbralas con azúcar
impalpable y colóquelas en una fuente de servir.
19. Pasteleria
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