1 buen
centollo cantábrico; 1 cebolla pequeña; 1 rama de perejil; 1 rodaja de merluza;
1 yema de huevo; 1 culín de sidra; 50 g. de mantequilla; 1 cda de pan rallado;
sal abundante; 1/2 vaso de salsa de tomate.
Cocemos el preciado centollo, del que reservamos
sus exquisitas carnes mediante una operación en la que habremos de poner a
prueba nuestra capacidad de aguante para no ir consumiendo a medida que
laboramos. Conseguido esto, freiremos en poco aceite cebolla y perejil, hasta
que se doren, momento en el que añadiremos lo que quede de la carne del
centollo junto con la rodaja de merluza bien picada. Cuando rehogue, mezclamos
con ello el culín de sidra, un poco de pan rallado, yema de huevo, el tomate,
la mantequilla y la sal que precise. De esta manera lograremos una exquisita
masa, con la cual rellenaremos el solitario caparazón del centollo.
Finalmente, lo metemos al horno durante diez o quince minutos tras
espolvorearlo con pan rallado.
16. Mariscos
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