Plato antihigiénico para los loros, pero muy
rico para los cristianos y sobre todo para aquellos a quienes les gusta el
vinagre.
Lo primero que hace falta, naturalmente, es
contar con un conejo, bien valiéndose para ello de un cazador amigo, lo cual,
como ustedes compren-derán, resulta más económico, o bien comprando el «bicho»
en la plaza o en el mercado, casa que no aconsejo, por estar la caza demasiado
cara y por estar en tiempos en que forzosamente se impone la economía.
Una vez en posesión del ex rápido animal, se
procede a desollarlo.
Se sala y se atraviesa con una varilla de hierro,
untándolo con manteca de cerdo y asándolo sobre brasas hasta que esté dorado.
Se pica un diente, de ajo con una buena rama
de perejil, sazonando el picadillo con aceite, vinagre y caldo, y haciendio
hervir esta salsa 5 o 6’.
Se trincha ¡el conejo, se coloca en la fuente
y se baña con la salsa verde.
Aves y caza - 03 .048
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