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viernes, 29 de agosto de 2014

Chaudfroid o suprema de pato .050

(Chaud froid (supréme) de canneton).

Un pato de un kg, 750 gde peso (pesado después de desplumado, pero no vaciado aún), 50 g de tocino gordo, 50 g de cebollas, 60 g de zanahorias, 1 cda de harina, 1 cda de puré de toma­te, 2 decilitros de vino blanco, 4 decilitros de jugo (un caldo muy concen­trado), medio litro de gelatina de carne, 1 copa de vino de Madera, 1 copa de coñac, 1 ramito de hierbas aromáticas, 2 clavillos de especia, 2 dien­tes de ajo, 1 pellizco de especias molidas, 60 g de mantequilla y 1 cdita de jugo de limón.

Una vez flameado y destripado se reservan los dentros para confeccionar la salsa y se asa al horno según costumbre.
Una vez frío se procede a trincharlo como se acostumbra a hacerlo para un pato; es decir, se hacen cinco filetes a lo largo del pecho, y con los muslos se hacen dos pedazos.
Se quita toda la piel que los envuelve y se pica dicha piel con todos los despojos: caparazón, pescuezo, molleja, etc., que se utilizará para la salsa.
En una cacerola se ponen 50 g de tocino gordo partido a trozos; cuando se haya derretido se ponen todos los despojos del pato (menos el hígado, que se reserva), se añade la cebolla y la zanahoria partidas en trozos y se rehoga bien todo con cuidado de que no se queme la cebolla.
Agréguese entonces una buena cda de harina y dórese un poco; añádanse entonces el puré de tomate, el vino blanco y el jugo o caldo.
Mézclese bien y viértase todo en un perol (el cambio de utensilio es para que hierva más despacio y se consuma menos que en una gran cacerola, siendo necesario, sin embargo, rehogarlo primera-mente en esa cacerola para que se dore por igual); añádanse el ramito de hierbas, los dientes de ajo, los clavillos de especia y las especias molidas y hágase hervir a fuego lento hasta que las carnes se hagan pedazos y la salsa haya quedado reducida a la mitad, o sea a un cuarto de litro.
Pásese todo por el chino, apretando un poco para extraer bien la substan­cia, pero no demasiado para que no pasen parcelas de carne.
A continuación póngase en un perol al fuego, dándole un poco de inclina-ción, y hágase hervir muy lentamente, espumándolo esmeradamente (aprox. durante me­dia hora).
Unos minutos antes de terminar la cocción se agrega el hígado del pato y se pasa todo por un tamiz, apretando con la seta de madera.
Seguidamente se adicionan a lo pasado el jugo de limón y la mantequilla partida en trozos; se rectifica la sal y pimienta (la salsa ha de brillar y tener la consistencia de una crema); se le agrega entonces medio decilitro de gelatina de carne y acto seguido se procede a salsear los trozos de pato.
Para esto se introducen en la salsa y una vez bien envueltos en ella se sacan, pasándoles por debajo un tenedor (no se p;nchan ni antes ni después), y se van depositando en un plato, y mejor aún en la rejilla de los postres, y se dejan enfriar perfec­tamente.
Una vez bien cuajada la salsa se sumergen uno por uno en gelatina de­rretida y muy fría y se vuelven a dejar sobre la rejilla hasta que estén muy fríos y brillantes.

Presentación del plato.- La presentación será más o menos sencilla, según la cantidad de gelatina que se tenga: los trozos sencillamente amontonados en el centro de una fuente redonda, adornando alrededor con gelatina picada o bien poniendo en el centro una pirámide de gelatina picada y apoyándose en ella los trozos de pata.
Alrededor se hace una cenefa con costrones de ge­latina y rajas de trufas.

Aves y caza - 03 .050

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