Lo primero, es aviarlo como es debido,
despellejándolo, vaciándolo y cortán-dolo en trozos pequeños.
En una cazuela de barro a la lumbre, con manteca de
puerco, echamos cebolla picada hasta que tome color: entonces el conejo, y lo
rehogamos ligeramente y lo mojamos, hasta cubrir los trozos de carne, con un
cucharón de caldo.
Cuando lleve cociendo una media hora larga, añadimos
tres o cuatro cdas de salsa de tomate, y se deja hacer a su aire hasta que la
carne esté enternecida.
(A mi me
gusta añadir, antes de echar el caldo, un puñadejo de setas frescas, partidas
en trocicos).
Aves y caza - 03 .049
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