Se parten los pimientos a tiras; en una
cazuela se preparan éstos con aceite, sal y jugo de ellos, que se rehoguen un
rato; se les añade un poco de harina, sin dejar de menearlos. Se prepara de
antemano huevos duros partidos en ruedas, que se echan cuando la salsa está en
su punto, dejando queden un par de hervores. Si hay pimientos del día, se asan,
se quita la piel y pueden suplir a los otros. Si se quiere, también en vez de
huevos duros se echan crudos, hasta que cuaje la clara.
20. Huevos
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