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jueves, 30 de agosto de 2012

Capon morrocotudo


1 capón de 1,5 Kg. de peso (aprox.), 12 clavos, 150 g de mantequilla, 5 manzanas reinetas bien hermosas, 1 vaso de vino blanco seco, 25 cls de miel de romero lo más líquida posible, sal gorda, pimienta negra recién molida.

En un mortero grande me machacáis los clavos bien machacaditos, hecho lo cual me los mezcláis bien con 100 g de mantequilla fundida y con la miel. (Pero mezcladlo bien).
Cortadme en daditos (una vez quitados el corazón y las pepitas, pero no la piel) 3 manzanas reinetas. Ponedlas en un plato: verted sobre ellas la mitad (máomeno) de la preparación anterior.
Sodomizad al caponcillo con la mano, en orden a salpimentar sabia e integralmente su interior. Hecho lo cual introduciréis por ese mismo conducto las manzanas troceadas y bañadas en el mejunje descrito.
Taponad el orificio cosiéndolo con un bramantito, con cuyo cabo podéis seguir atándolo para que el bicho no se desmangarille durante la cocción, ni se salga de sus entrañas la farsa (tan lascivamente introducida).
Terminada la costura, embadurnadme el exterior del bicho con el resto del bálsamo de Fierabrás (me refiero a la mantequilla /miel/ clavos majados). Me lo envolvéis en papel de aluminio y lo metéis en la neverita hasta el día siguiente.
Llegado el cual, le quitaréis el papel de plata y lo pondréis sobre una fuentecita de pyrex apta para el horno.
El cual horno habréis precalentado a 200 grados (nivel 7, creo que será la correspondencia con los que no aman a Celsius). Metéis la fuente en el medio, y lo dejáis torrarse cosa de dos horitas. Vigilad a partir de la hora y media, aunque con los ojos y con la nariz, y NO METIENDO EN EL CADÁVER NINGUNA AGUJITA, NI PINCHITO, que lo estropea.
Mientras tanto, los 50 g de mantequilla que nos quedaban los habremos puesto en una sartén honda, y en ella saltearemos las dos manzanas reinetas, que habremos troceado en cuatro cachos (previa extracción del corazón y de las pepitas, pero no de la piel).
Cuando el capón esté a punto, verteremos sobre él el vaso de vino (para disolver la caramelización que se haya adherido a su exterior). Salpimenta-remos con parquedad.
¡Serviremos!  El capón en seco (máomeno) y a su lado, y como guarnición, las manzanas salteadas, recubiertas del líquido que hayamos obtenido de la "descaramelización".

05. Carnes
      

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