400 g de cerdo
1 pan de dos días
1 perdiz
1 liebre
200 g de manteca de cerdo
150 g de piñones
2 dientes de ajo
Canela, pimienta, clavo, pimentón dulce, sal
(opcionalmente se puede añadir
romero)
Se limpia el hígado y se trocea grueso,
se pone a cocer en agua con sal. Cuando esté duro lo escurrimos y reservamos el
agua.
Limpiamos la liebre y la perdiz
reservando los hígados. Se fríen en la manteca los ajos y una vez dorados se
tiran; a continuación se fríen la liebre y la perdiz (y que estén bien fritas
las tajadas)) y se le pone la sal y el pimentón. Seguidamente el agua y que
cuezan para que estén tiernas y se puedan desmigar las carnes.
En una perola o sartén se pone el
agua del hígado cocido, se echan las carnes, ya hechas migas, la manteca y los
hígados picados, se prueba de especias y sal y se deja cocer. A continuación se
echan las migas de pan y se mezcla bien dejándolo cocer. Añadimos los piñones
dejando cocer todo junto hasta que está desecho completa-mente.
El punto se alcanza cuando el
"morteruelo" se despega de las paredes y se pone brillante.
Este plato fuerte y especiado
debemos acompañarlo con vino tinto de crianza.
06. Caza
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