El gato que esté gordo tomarás, y desollarlo
has y después de muerto cortar la cabeza y echarla a mal que no es para comer,
que se dice que comiendo de los sesos podría perder el seso y juicio el que lo
comiere Después de desollarlo muy limpiamente abrirlo y limpiarlo bien y
después envolverlo en un trapo de lino limpio y soterrarlo debajo de la tierra
donde ha de estar un día y una noche; y después sacarlo de allí y ponerlo a
asar en un asador y echarlo al fuego y comenzándose a asar untarlo con buen ajo
y aceite y en acabándolo de untar azotarlo bien con una verlasca, y esto se ha
de hacer hasta que esté bien asado, untándolo y azotándolo, y desque está asado
cortarlo como si fuese conejo o cabrito y ponerlo en un plato grande y tomar
del ajo y del aceite desatado con buen caldo de manera que sea bien ralo, y
échalo sobre el gato y puedes comer de él porque es muy buena vianda.
Nota: Receta tomada del Libro de
guisados, manjares y potajes intitulado LIBRO DE COCINA, de Ruperto de Nola,
Cocinero Mayor de Su Majestad el Rey Don Fernando de Nápoles Impreso en la
Ciudad de Logroño en el año de gracia de mil y cuatrocientos y setenta y
siete.
Fuente:
Alfredo Juderías
Carnes - 05. - 031
No hay comentarios:
Publicar un comentario