150 g de angulas por persona; 3 ó 4 dientes de ajo; guindilla.
Tal y como está el precio
de las angulas, casi no me atrevo a comentaros que lo correcto sería una proporción de 150 g por persona. Claro que podéis convencer a los niños o a las
personas que aún no las hayan probado de que son más sabrosos los bígaros.
Tras la ardua tarea,
coloca las angulas en una cazuela de barro, en la cual ya habrás dorado
previamente en aceite dos o tres dientes de ajo y un trozo de guindilla en
pedacitos (todo ello deberá encontrarse más bien templado antes de la operación
de echar las angulas).
Acto seguido se pone a
fuego vivo, removiendo las angulas con la suficiente rapidez y soltura para
que todas se calienten a un tiempo.
Cuando rompen a hervir se
retiran del fuego y se sirven a toda velocidad -a la misma que se comerán- en
la cazuela donde las hemos cocinado.
15. Pescados
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