Innecesario es advertir que todo cuanto va
dicho con relación a los pollos es perfectamente adaptable a las gallinas, así
como también todo cuanto se diga de éstas puede aplicarse sin ningún
inconveniente a aquéllos.
La carne de ambas aves es tan parecida, que
cuando en hoteles y restaurants de
poco pelo nos dan la carne de pollo por la de gallina, la mayor parte de las
veces ni aun siquiera la conocemos.
No quiere esto decir que sean iguales; la de
gallina, principalmente siendo tierna, es mucho mejor, mucho más fina y sobre
todo de mucha más fácil digestión que la de pollo; por eso en los platos
delicados en que tiene que intervenir alguna de las dos aves, siempre se
prefiere la gallina.
Redactaremos a continuación algunas fórmulas
para la prepara-ción especial de tan suculenta ave, comenzando por uno de los
platos más corrientes, más popularizados y también más agradables: la gallina
asada.
Se limpia y sala una gallina poniéndole dos
cebollas enteras en su interior, y untándola de manteca de puerco se coloca en
un asador, se mete en el horno y se le da vueltas para que se dore toda por
igual.
Si fuese dura el ave conviene añadirle un
cacillo de caldo cuando empiece a dorarse, dejándolo consumir dentro del horno.
Aves y caza - 03 .048
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