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sábado, 27 de julio de 2013

Callos a la madrileña (4)

Después de bien lavados en un barreño con agua fria, que se cambiará tantas veces como haga falta, con un buen chorretón de vinagre, sal y zumo de limón, se cortan en trozos pequeños unos callos de ternera o vaca; se ponen en un cacharro y se cubren de agua
Se echa una hoja de laurel, unos granos de pimienta, y una cabe­za de ajos, dejándolos cocer hasta que estén tiernos
En una cazuela de barro a la lumbre sofreir cebolla bien picada añadiendo, al dorarse, un dientecillo de ajo, unos trocillos de jamón -si los callos son "ilustraos"- unas rodajas de chorizo, una punta de cuchillo de pimentón, 1 cda de harina y 2 de puré de tomate
Cuando esté todo bien rehogado se agregan los callos, sin el ajo ni el laurel, una morcilla extremeña y un poco de guindilla
Se añade agua caliente, de la que cocieron, en cantidad apropia­da para que la salsa espese
Sazonar y dejar cocer, moderadamente, así como una hora más o menos

Nota: Deben cocinarse la víspera; acompañarlos en la mesa del honrado vino de pe­llejo de Valdepeñas Y no olvidar que lo mejor de los callos son la panza y el bonetillo

Fuente: Alfredo Juderías

Despojos - 08. - 031

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