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domingo, 13 de abril de 2014

Perdiz a la cazadora .045

Un pastor muy hábil para el guiso de toda clase de aves, a quien los cazadores que frecuentan los alrededores de su choza constantemente a ella acu­den para entregarle las que han cazado, a fin de que las aderece con una de sus exquisitas fórmu­las, nos ha proporcionado la siguiente:
Se coge una perdiz buena y joven, y, después de limpia y sazonada, se ata con gran cuidado con hilo fuerte; se dora en aceite refinado y se coloca en una cazuela, procurando que la perdiz quede muy apretada; con el aceite que ha servido para dorarla, se fríe una cebolla picada muy menuda; después se le añade un poquito de pimentón, dos cdas de buen vinagre, dos de caldo y un poco de perejil picado; después de lo cual todo esto se echa sobre la perdiz, dejándola cocer lentamente unas dos horas para que esté muy tierna.

Aves y caza - 03. - 045

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