Se avían como es debido unas tripas de
cordero, se cortan en trozos de un par de dedos de largo y se sazonan
Se echan a freir en una cazuela honda con sebo
-que es lo bueno- o con aceite muy caliente y abundante hasta dejarlas doradas
y crujientes
Espolvorearlas de sal y servir en un cucurucho
de papel de estraza
Nota: Se trata de un típico
condumio que los madrileños castizos tomaban, haciendo penitencia, para matar
el hambre.
Fuente:
Alfredo Juderías
Aves y caza - 03. - 031
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