Cuando ya esté apañada se la mete por el
culejo un limón entero sin pelar, y un cubito de caldo concentrado por el
garganchón
Se pone en una cazuela; se mete en el horno y
se deja tranquila que se vaya haciendo, a su aire, hasta que esté punto por
punto.
Nota: Así quedará para
"chuparse los dedos" aunque la pobre no podrá cantar como lo hizo
aquella a la que Santo Domingo, durante una comida, como alguien dudase de su
poder milagroso, la hizo levantar de la fuente y cantar después la trinchó De
aquí aquello de "Santo Domingo de la Calzada donde cantó la gallina
después de asada"
Dictada por Isabel Catalán.
Fuente:
Alfredo Juderías
Aves y caza - 03. - 031
No hay comentarios:
Publicar un comentario