1 litro de leche, 60 g de mantequilla, 60 g de
harina de trigo, nuez moscada, sal.
Tamiza la harina
Pon en un cazo a
calentar la leche.
En otro cazo
derrite la mantequilla a fuego lento.
Cuando esté
derretida añade la harina y deja que se cueza. Si la dejas poco tiempo la
bechamel sabrá a harina cruda, por eso es importante dejar que la harina coja
algo de color, aunque sin llegar a dorarla ni quemarla.
Ahora remueve
bien, con una espátula de madera o varilla, la harina con la mantequilla hasta
que la mezcla se desprenda de las paredes.
Cuando la leche
esté hirviendo viertela sobre la mezcla y aparta del fuego.
Ahora toca
remover constantemente hasta que desaparezcan los grumos de la bechamel (4 o 5’).
Solo queda echar
una pizca de sal y rallar un poco de nuez moscada sobre la bechamel.
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