Se lavan y cortan en
pedazos las hojas amarillas de la escarola, que son las únicas que deben
aprovecharse, por tener mal gusto las verdosas.
Bien escurridas, se ponen
esas hojas en la ensaladera y se las rocía con un poco de aceite, en el cual se
habrán dorado unos cuantos ajitos rajados.
Una vez escaldada la
escarola con ese aceite, se la aliña como las demás ensaladas, con sal,
vinagre, pimienta y aceite.
13. Ensaladas - 024
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