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martes, 16 de abril de 2013

Fabada asturiana (5)

Para 4 personas

750 g de alubias blancas y gruesas; fabes de la Granja, 3 chorizos, 2 morcillas, 300 g de lacón, 150 g de tocino, 1 hueso de jamón, 1 trozo de oreja o rabo de cerdo

Las alubias se ponen en remojo, en agua fría, la víspera. El lacón, el hueso y la oreja se ponen también en remojo, en agua templada, y se deja pasar la noche.
Al día siguiente se ponen en una cazuela grande las alubias y los demás ingredientes, debidamente escurridos. Se cubren con agua fría y se ponen al fuego; después del primer hervor se espuma bien y luego se deja cocer lentamente, a fuego suave, procurando que las alubias siempre estén cubiertas de agua. En caso de necesitarlo, añadir agua fría en pequeñas cantidades, pues ayuda a ponerlas finas.
Conviene que no se agarren al fondo de la cazuela y que el hervor sea por igual. En la olla a presión el tiempo se reduce a poco más de media hora. Conviene abrirla a los 15’ para añadirle un poco de agua.
A punto de estar cocidas las alubias se sazonan con sal, teniendo en cuenta que las carnes ya tienen alguna. El caldo debe quedar es­peso, lo que se puede conseguir con algunas alubias trituradas.
Se retiran del fuego y se dejan reposar unos minutos; luego se pasan a una fuente y se presentan solas, con las carnes y embutidos partidos en trozos, aparte, para que se sirvan al gusto.
Hay quien añade un trozo de cebolla y un diente de ajo, para cocer con todos los ingredientes y realzar el sabor. También hay la costumbre de echar al plato de fabes un chorrito de sidra, de vino o una cda de vinagre, para hacerlas más digeribles. De todas formas conviene tener en cuenta que el extraordinario encanto de la fabada radica en que las fabes, los chorizos y las morcillas sean asturianos.

18. Guisos - 032

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