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jueves, 11 de septiembre de 2014

Entrecote .050

(entrecôte)

Nota explicativa.- Entrecóte es un vocablo francés que quier «entre dos costillas o chuletas»; por tanto, la verdadera entrecote proviene de un trozo de lomo de buey cortado entre los dos huesos de chuleta más próxi­mos.
En la práctica se da igualmente el nombre de entrecote a una chuleta de buey deshuesada, lo que viene a ser lo mismo, ya que una y otra son corre­lativas, es decir, trinchadas en el lomo.

Modalidades de la entrecote.- Ha de proceder de un hermoso buey, llamado cebón, pues la de vaca resulta descolorida.
Para que resulte tierna y sabrosa ha de llevar el buey varios días muerto y, sobre todo, ser cortada la entrecote de un lomo de buenaa calidad, lo cual se conoce en el colorido de la carne, que ha de ser de un rojo vivo, y en la fibra, que ha de ser corta y ligeramente estriada de grasa.
La entrecote, para que sea jugosa, ha de tener un determinado espesor, no menos de tres centímetros ni más de cuatro.
Siendo de menos espesor se tuesta muy de repente, resultando, en vez de una carne jugosa, dos cortezas secas y sin sabor alguno, cuando no amargas, y sobrepasando de los cuatro centímetros es casi imposible que quede asado el interior, so pena de some­terla a un emparrillado prolongado, lo cual ocasionará que las dos superfi­cies formen corteza; quedamos, por tanto, en que el espesor ideal de una en­trecóte es de tres centímetros.
La entrecote se cogerá del lomo bajo, bien cumplida y repleta de carne y sacrificada de varios días: cuatro en invierno y dos en verano, como mínimo (1).
Si tiene hueso, se le quita; se golpea por ambos lados con una aplastadera o con el machete puesto de plano, y se le quita grasa y nervios de la mitad del lomo para abajo; no se puede despojarla de toda grasa, pues entonces, en vez de una entrecote, resultaría un filete vulgar.
Las carnes mejoran notablemente teniéndolas en adobo con aceite fino du­rante varias horas (un mínimo de dos horas); recomendamos, por tanto, que se adobe la entrecote.
Toda carne emparrillada o salteada en sartén no se debe sazonar en crudo: la sal le hace que suelte el jugo, lo cual la desabora y endurece; en cuanto a la pimienta, al quemarse le comunica mal sabor.

(1) Con los frigoríficos no se puede precisar días, ya que las carnes puestas en ellos se conservan por muchos más días. Por tanto, lo me;9r es dirigirse a un carnicero cioncienzudo y fiarse de él (hasta cierto punto), pues será el más interesado en servir bien si ve que se sabe apreciar (y pagar) lo bueno.

 La entrecote se sazonará, después de asada, en el momento de retirarla de la parrilla o sartén para que en caliente absorba la sazón.

Manera de emparrillar una entrecote.- Supondremos que la entrecote tiene los tres centímetros de grueso ideal.
La parrilla se pondrá a calen­tar unos 10’ antes de cuando se vaya a emparrillar la entrecote, y unos 10’ antes de cuando se vaya a servirla se procederá a asarla.
Para esto se untará con aceite fino por un lado, y por ese lado se colocará sobre la parrilla, cuyos barrotes han de estar bien calientes (al poner la carne en contacto con los barrotes se ha de oler a chamusquina y producirse el ruido propio del turrado).
Al cabo de unos cuatro o cinco minutos la entrecote ha de estar asada por ese costado; se le dará la vuelta, sin pincharla, ayudán­dose con dos tenedores de madera o con paletas, y antes de darle vuelta se la rociará con aceite fino por el lado no asado aún.
Se dejará que se haga por otros 4 o 5’, según se la quiera más o menos pasada; pero un trozo que tenga tres centímetros de grueso necesitará, en total, 10’ de asado si se la quiere en sangre, y 12’ (seis por cada lado) si gusta que esté más pasada.
El punto de cocción se conoce en que la carne ofrece resistencia al apoyar con el dedo.
Si el fuego está muy vivo y la carne se tuesta muy de repente convendrá moderarlo y no se perderá de vista la entrecote, pues si se aguarda para darle vuelta a que brote jugo por el lado no asado aún, éste no se tostará luego bien.
El emparrillado es labor delicada, pero es también el triunfo del buen cocinero.
La entrecote debe presentarse entera a la mesa y fraccionarla ante los co­mensales, para que conserve mayor cantidad de jugo, y, lo mismo en verano que en invierno, servirla en una fuente calentada.
La manera más corriente de condimentarla es con mantequilla y perejil picado, enviando a la vez unas patatas fritas: chip, paja, souflée, etc.

Observacion sobre las entrecotes.- La entrecote (1) no siempre se em­parrilla; muchas recetas requieren que se asen en sartén, y otras veces se asan en la sartén (con muy poca grasa) por resultar más cómodo; luego, para ilusionar al cliente, se simulan las huellas de los barrotes de la parrilla con un hierro candente.
A mí, personalmente, tanto me gustan salteadas como em­parrilladas.
He explicado lo que es la verdadera entrecote; sin embargo, hay quien la encuentra demasiado grasosa (procediendo de un buen cebón ha de serlo), aparte de que justamente por tener tanta grasa se aprovecha poco de ella; por eso en la mayoría de los restaurantes sirven como entrecote un hermoso filete de lomo cogido de la parte magra.

(1) El entrecóte, según el diccionario frances, es masculino, aunque por costumbre se feminice. Masculino o femenino el entrecote, lo esencial es que sea suculento; lo demás es de poca monta

Carnes - 05. - 050

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